¡Tocar una obra de arte es el súmmum! En eso consiste el programa del MoMA Art in Sight (Arte a la vista): una vez al mes, un guía acompaña a un pequeño grupo de personas con discapacidad visual por las salas del museo.
Las audioguías, con información disponible en los principales idiomas, han facilitado la interacción del público con las obras de arte de los museos. Otros avances que han logrado que el arte esté al alcance de todos han sido la colocación de fichas en alfabeto braille y las rampas de acceso para minusválidos físicos. Los museos suelen tener programas especiales para niños, para personas de la tercera edad y para las personas con discapacidades mentales. Pero el programa que presentó el MoMA en marzo superó las anteriores prestaciones.
Los participantes durante un programa de InSight arte, en el Museo de Arte Moderno de Nueva York.
¿Cuántas veces ha tenido la osadía de acercarse demasiado a una obra de arte sin que le llamaran la atención? ¡Y ni pensar en tocarlas! Usted lo sabe: se mira pero no se toca.
A pesar de que hay exposiciones que son audiovisuales o en otros formatos interactivos, a los museos se va, fundamentalmente, a mirar. Las personas invidentes pueden pedir la atención de guías, que atienden a grupos de personas mixtos o que guían de manera personalizada por las exposiciones.
En el programa de marzo de Art in Sight participaron unas 20 personas que visitaron la exposición Inventando la abstracción, 1910-1925. Entre las obras que pudieron tocar se encontraban piezas de Kandinsky, Malevich y Marcel Duchamp.
Además de utilizar el tacto para imaginar el arte, los guías explican a los invidentes el origen y la forma de las obras.
La mayor parte de las obras son pinturas y dibujos frágiles que no se permiten tocar. En estos caso, para tener la conexión con el arte que se pretende que logren los invidentes, deben confiar en las exhaustivas descripciones de los guías complementadas, eso sí, con información sobre los movimientos artísticos y datos de los autores.
La exposición incluye una obra de Duchamp cuyo título parece una ironía: A Regarder (l’autre côté du verre) d’un oeil, de près, pendant presque une heure (Para ser mirado [del otro lado del cristal] con un ojo, desde cerca, durante casi una hora”), de 1918. Para estas 20 personas habrá sido sublime la interacción, especialmente con esta pieza. No obstante, la abstracción parece ser el movimiento artístico más complicado de explicar y conseguir con ello una representación visual, a pesar de tener la opción de tocar las piezas. Es difícil incluso para las personas que pueden ver.
Una persona invidente descubriendo, a través del tacto, una obra de arte.
Carrie McGee, encargado de la supervisión de los programas del MoMA para discapacitados, ha dicho a la prensa: «Las primeras visitas para personas ciegas se organizaron en los años 70. En aquel momento se centraban sólo en esculturas, luego se tomó la decisión de asumir el desafío de intentar volver accesibles a los invidentes pinturas y otros objetos que no pueden ser tocados, buscando alternativas creativas y multisensoriales”.
Art in Sight es un programa de arte para todos, sin exclusiones. ■
FOTOS: M. Nagle.