La nueva colección de Temperley London, Cruise 14, es ideal para la protagonista de un cuento de hadas de nuestra época, y Alice Temperley lo intuye. Su musa bien podría ser una princesa encantada del sur de Francia que vive una vida de ensueño y se viste con prendas femeninas y preciosas.
Para Temperley, el estilo clásico o vintage, de rasgos suaves y a veces voluminosos, continúa siendo su prioridad. Sus modelos acentúan las inconfundibles características de los diseños de los años cincuenta: cinturas ceñidas, hombros estrechos y cuellos redondos. Estos modelos logran ser a la vez intemporales y cómodos, incluso par para la mujer de hoy, haciendo que el pasar de los años se torne irrelevante.
Por ello esta colección es el sueño de cualquier mujer romántica, ya que ofrece modelos elegantes y delicados. El generoso volumen de algunas de las piezas de su colección acentúa la nostalgia de una época pasada. Podemos ver largas faldas de organza que se ensanchan a partir de la cintura, un estilo que también se repite en las faldas cortas e incluso en los abrigos, creando una silueta inconfundible.
En los chaquetones (peacoats), predominan los tonos rosa brillante o azul pavo real, con un estilo lúdico y fantasioso que armoniza con una hechura perfectamente estructurada y de corte clásico. Algunos de sus modelos ponen de relieve hermosos y llamativos bordados mientras que otros juegan con apliques y estampados florales. Sobre todo en los vestidos de coctel, las faldas largas y las camisolas, se pueden apreciar estampados de pétalos tridimensionales, cortados con laser, que se mezclan con botones de oro y flores típicamente primaverales, emulando la magnificencia de un hermoso jardín. Su colección también ofrece modelos en tejidos delicados como la malla, el encaje y el satén, que coordinan a la perfección con los detalles siempre femeninos. Nada resulta demasiado dulce o juvenil dentro de esta colección, ya que logra un balance con las líneas rectas que Temperley incorpora.
Su paleta de colores, incluye algunos rosas brillantes y azules marino, combinados con una gama de tonos más pálidos y soñadores: lavanda, crema, rosas suaves, melocotones y amarillos. Si bien es cierto que el negro no suele tener cabida en los cuentos de hadas, Temperley logra confeccionar hermosas prendas que no resultan duras; por el contrario, logra unos diseños suaves, vaporosos y románticos que atenúan el rigor de este color. Algunos de estos modelos llevan bordados que llaman la atención y predominan, mientras que otros juegan con telas vaporosas, encajes y apliques. Por ejemplo, Temperley adorna una falda larga de cintura baja, con uno de sus cinturones clásicos de protuberantes flores, denominado blossomy. Estas faldas también van acompañadas de blusas transparentes y holgadas que fluyen a la perfección.
Incluso dentro del ambiente de época que destila esta encantadora colección, es obvio que la princesa, en la que está inspirada, es definitivamente moderna, seria y a la vez relajada; muestra de ello, es que lleva pantalones y se atreve a combinar las finísimas faldas largas con camisas mucho más informales así como con tejidos casuales. Esta princesa también se atreve a llevar cuero de color cereza, ya se trate de una clásica chaqueta estrecha de moto o una dulce faldita hasta la rodilla.
Temperley se ha asegurado de que esta princesa moderna, que viste su colección, tenga algo que ponerse vaya a donde vaya. Por eso tiene vestidos largos para los grandes bailes y otros más cortitos para los cocteles. ■