Seguro que todo lo lectores recuerdan la mítica escena de Lo que el viento se llevó en la que Escarlata O´Hara le pide a Mammy, su criada, que le apriete el corsé para afinar su cintura. La película narra la década de1860, años en los que las mujeres utilizaban éste y otros artilugios para subir pechos, marcar volúmenes y conseguir que sus figuras lucieran espectaculares según los dictados de la época.
Por fortuna para nosotras, ni los miriñaques ni los incómodos corsés son impuestos por la moda actual, pero conocer de cerca y comprender el por qué de su utilización nos dará un conocimiento más cercano y global de la evolución de la moda. Por primera vez, todos estos artilugios se reúnen en una fantástica exposición llamada La mecanique des dessous. Más de 200 piezas, que proceden de colecciones privadas y públicas, se muestran para deleite del visitante, que podrá ver la metamorfosis de la moda desde el siglo XIV hasta hoy.
Hubo una época durante el siglo XVIII en la que, debajo de los delicados vestidos que lucían las mujeres de cutis empolvados, estaban las crinolinas: unas estructuras realizadas con metal y madera que se anudaban a la cintura y que hacían que el volumen de la falda se multiplicara. Años más tarde cambiaba la moda, y era el polisón el elemento necesario para levantar la falda, sólo por la parte trasera, para conseguir un efecto visual que afinaba la cintura.
A esto hay que añadirle el corsé (en ocasiones tan armado que no dejaba espacio para respirar de forma natural), las enaguas, los calzones, las fajas y los sostenes antiguos, que daban una forma puntiaguda a los pechos bastante alejada de lo que hoy en día se usa como ropa interior. Todos estos artilugios, utilizados en distintos siglos, se pueden conocer de cerca en la exposición que explora la moda interior.
Uno de los aspectos más fascinantes de la exposición es la posibilidad de probarse estos mecanismos, réplicas perfectas del siglo XVIII, y comprobar la sensación de llevarlos, de andar con ellos y de ponernos en la piel de las mujeres que, por imposición de los cánones de la moda de la época, tuvieron que soportarlo. No sólo estamos hablando de incomodidad: es probable que al lucirlos incluso se sienta más femenina. En la moda actual, en la que los pantalones pitillo y las cazadoras de cuero son las señas de identidad de millones de mujeres, ¿qué sentiremos al ponernos un miriñaque y un corsé?
No sólo las mujeres han utilizado estos mecanismos embellecedores del cuerpo. La exposición también recoge algunos trucos utilizados por los hombres que, gracias a ellos, conseguían hacer más visible su masculinidad.
Si quieren conocer de cerca la evolución de la moda interior desde el siglo XIV a la actualidad, no duden en hacer una escapada a París. Tienen hasta el 24 de noviembre del 2013. ■
La mecanique des desossous. Une histoire indiscrète de la silhouette
Musées des Arts decoratifs.
107 rue de Rivoli. París.