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Para la fecha, llega el tono No.999 de la gama carmín y el talentoso Steven Mesel ha creado una campaña con Natalie Portman como protagonista. “Rouge es el símbolo perfecto de la feminidad. Es una auténtica leyenda… un arma de seducción esencial. El color, el gesto… aún siguen haciendo magia”, afirma la estrella de Black Swan (“Cisne negro”).
La historia comenzó a finales de la década del cuarenta del siglo pasado, cuando el aire de optimismo regresaba poco a poco a Europa y los grandes creadores de la moda, una vez más, decidían ser parte de la historia. Christian Dior, un diplomático de carrera devenido en modisto que estaba destinado a ser llamado Monsieur como si se tratara de un título nobiliario, y a conquistar a mujeres tan poderosas como Joan Crawford y Eva Perón, tenía su primer desfile y presentaba la fragancia debut de su firma, Miss Dior. El lujo regresaba al universo femenino.
Tras los atuendos y el perfume, era el momento de completar un ciclo que convertiría la maison número 30 de la Avenue Montaigne en el templo del New Look, y a Monsieur en su sacerdote supremo. El golpe maestro fue vestir la sonrisa de la mujer de un rojo puro capaz de evocar poder, elegancia y sensualidad, todo a la vez. El Rouge Dior, un labial de textura voluptuosa y brillante, se convirtió en un ícono femenino.
De inmediato, las grandes musas del couturier lo asumieron como estandarte, aunque sus directores lo consideraran demasiado intenso para la pantalla. Delicada y sutil, Grace Kelly respondía con una sonrisa cándida a la sugerencia de cambiar el tono de labial, pero seguía usándolo. Siempre sardónica, Bette Davis apareció con él en el primer día de filmación de All About Eve (“Eva al denudo”): “Les presento a Eve… y a Monsieur Rouge”, le espetó, ya en personaje, a un atónito Joseph L. Mankiewicz. Por su parte, una rotunda Marlene Dietrich también tuvo que defenderlo ante el intransigente Alfred Hitchcock. Cuando la trifulca se tornó intensa en pleno plató de Stage Fright (“Pánico en la escena” o “Desesperación”), la diva lanzó su sentencia irrevocable: “¿No Dior? ¡No Dietrich!”.
“Rouge es el color del poder, de la rebelión, de la pasión… Rouge es el color de Dior”, dice un reclamo que alude a las palabras del legendario fundador de la casa parisina. Estos testimonios anecdóticos lo confirman y, 60 años después, el símbolo cromático sigue siendo un ideal de poder y elegancia contemporánea multiplicado en 1.500 tonalidades que llevan las embajadoras contemporáneas de la marca. Madonna lo escogió para Vogue, uno de sus mejores videos musicales, y Monica Bellucci lo ha convertido en su sello. Lo mejor es que, a estas alturas, ya ningún director de imagen se atrevería a resistirse al más intenso tono del maquillaje de una mujer. Seguramente, desde algún sitio en cualquier dimensión, Monsieur debe estar sonriendo satisfecho. ■