Aterciopelada, suave y deliciosamente perfumada, esta sopa es un gran éxito en casa. Me encanta servirla con una guarnición de garbanzos, que añade otra capa de sabor y otra textura, aunque el sabor del curry es lo suficientemente importante para justificar por sí solo la sopa.
Hay que servirla caliente, con pan de pita tostado para una cena de invierno, y resultará perfecta. Si decide servir la sopa fría, lo mejor es adornarla con cubitos de manzanas aderezadas con un chorrito de limón y aceite de oliva para evitar la decoloración.
Sopa de curry y calabaza
Ingredientes
3 Cucharadas de aceite de oliva
1 puerro, cortado en cubitos (sólo la parte blanca)
½ cebolla española, cortada en cubitos
1 cucharada de curry en polvo
1 calabaza mediana, pelada y picada (aproximadamente 1 kilo)
8 tazas de caldo de verduras
18 oz garbanzos, escurridos y enjuagados
2 dientes de ajo, pelados y cortados en cubitos
¼ taza de perejil picado
1 cucharadita de comino molido
Preparación
1. En una olla grande, caliente 2 cucharadas de aceite de oliva, y sofría la cebolla y los puerros hasta que queden transparentes. Añadir el curry y el pan tostado para liberar su aroma. Añadir la calabaza y sofreír hasta que comience a dorarse por los bordes, revolviendo para mezclarlo bien con el curry. Agregue el caldo, lleve todo a ebullición y déjelo hervir durante unos 25 minutos hasta que las verduras estén muy suaves.
2. Pase las verduras por la licuadora. Una vez que adquiera la consistencia de un puré, páselo a un recipiente limpio para calentarlo. Sazone con sal y pimienta y pruébelo para ajustar los condimentos.
3. En una sartén, calentar una cucharada de aceite de oliva con los garbanzos, el ajo, el perejil y el comino, hasta que el ajo esté dorado. Sirva la sopa en tazones y decore con los garbanzos aromatizados con comino. ■