Detener el envejecimiento es el gran desafío de la investigación biomédica, y aunque ya ha creado varios métodos posibles, intenta mejorarlos mucho más. Prueba de ello es el siguiente párrafo de la Declaración de Principios del Consejo Científico Asesor de la Fundación de Investigación SENS, una organización sin fines de lucro dedicada al desarrollo de formas de bioingeniería de rejuvenecimiento y longevidad.
“Dos tercios de todas las muertes a nivel mundial, y aproximadamente el 90 por ciento de todas las muertes en el mundo desarrollado, ocurren por causas que rara vez matan a los adultos jóvenes, y que incluyen enfermedades como el Alzheimer, las enfermedades cardiovasculares, la diabetes de tipo II y la mayoría de los cánceres. Estos males están relacionados con la edad, ya que son resultado de las etapas más avanzadas del envejecimiento, cuando el daño molecular y celular acumulado en el cuerpo durante toda la vida supera el nivel que el metabolismo puede tolerar. Por otra parte, antes de causar la muerte, el envejecimiento impone a las personas más ancianas un largo período de debilitamiento y enfermedad. Por estas razones, el envejecimiento es, sin lugar a dudas, el más frecuente de los fenómenos médicos de mayor relevancia en el mundo moderno, y el gran objetivo de la investigación biomédica”.El fenómeno de los llamados procesos de anti-envejecimiento se inició hace unos 30 años. Sin embargo, la investigación biomédica que busca agregar décadas a nuestra vida es ya tan poderosa que una empresa comercial del calibre y los recursos de Google ha decidido unirse a la búsqueda de la inmortalidad invirtiendo en Calico, una compañía de California dedicada a estudios para posponer la muerte.
Yo creo que es perfectamente posible vivir hasta los 120 años de edad. Y no por el versículo 6:3 del Génesis: “Y dijo el Señor: No contenderá mi Espíritu con el hombre para siempre, porque ciertamente él es carne; mas serán sus días ciento veinte años”.
En realidad lo creo porque podemos proteger y alargar nuestros telómeros.
En el 2009, tres científicos —los doctores Elizabeth H. Blackburn, Carol W. Greider y Jack W. Szostak— recibieron el Premio Nobel de Fisiología y Medicina por descubrir cómo los telómeros y las telomerasas protegen los cromosomas. Los telómeros son las secciones del ADN que enfundan el extremo de nuestros cromosomas, protegiendo toda la información genética contenida en nuestras células.
Las telomerasas son proteínas que alargan los telómeros. Cuando una célula se divide, los telómeros se acortan. Cuando son críticamente cortos, las divisiones celulares ya no son posibles y la célula muere (un proceso llamado senescencia), y finalmente morimos nosotros también.
Pero lo importante es saber que mientras más largos sean nuestros telómeros, mayores son las divisiones celulares que se producen y, por tanto, nuestro tiempo de vida se alargará y tendremos menos incidencias de cáncer. De ahí la importancia vital de nutrir nuestros telómeros.
Algunas células producen la telomerasa de manera natural, por consiguiente, nunca acortan sus telómeros y se vuelven literalmente inmortales. Éstas son las células madre embrionarias, las células gonadales (espermatozoides y óvulos) y las células cancerosas. Las implicaciones de activar o inhibir las telomerasas son enormes ya que al activarlas, estamos prolongando la vida, y al inhibirlas, estamos deteniendo el desarrollo del cáncer. Algunas investigaciones importantes realizadas en ratones, en las que se ha utilizado un virus para el transporte de la telomerasa a algunas células, ya han mostrado resultados positivos.
En el Wellness Institute of the Americas, nuestros especialistas miden la longitud de los telómeros en la mayoría de los pacientes y hacen mediciones periódicas para evaluar el progreso de sus planes de salud. Los telómeros se acortan y alargan en función de la atención que se les proporciona.
Hay medidas simples que usted puede tomar para proteger sus telómeros. Por ejemplo: eliminar el consumo de azúcar, manejar el estrés emocional y dormir suficientes horas. También son muy importantes la antioxidación, el control de las inflamaciones y la desintoxicación del cuerpo. Éstas son maneras de preservar la salud de su ADN y su revestimiento, la cromatina. Los antioxidantes, los ácidos grasos del tipo omega 3, la carnosina, el CoQ10 y el ácido fólico son de gran ayuda en esta función protectora.
Finalmente, hay formas de alargar los telómeros: con el ejercicio aeróbico anaeróbico y la meditación.
Así que si usted todavía piensa que la idea de vivir hasta los 120 años es descabellada, he aquí algunos ejemplos de “profecías” expresadas por expertos en el pasado, y saque sus propias conclusiones:
“El hombre nunca va a llegar a la Luna, independientemente de todos los futuros avances científicos”.
Dr. Lee DeForest, padre de la Radio y abuelo de la Televisión.
“Creo que hay un mercado mundial para aproximadamente cinco computadoras”.
Thomas Watson, presidente de IBM, 1943 (afortunadamente no permaneció en el puesto).
“La bomba nunca explotará. Lo afirmo como experto en explosivos”.
Almirante William Leahy, sobre el proyecto de la bomba atómica de Estados Unidos.
“Este ‘teléfono’ tiene demasiadas deficiencias para ser seriamente considerado como un medio de comunicación. El dispositivo de por sí no tiene valor para nosotros”.
Western Union, 1876.
“640K deberían ser suficientes para cualquiera”.
Bill Gates, 1981.
“¿Extraer petróleo? ¿Quiere decir taladrar el suelo para tratar de encontrar petróleo? ¡Usted está loco!”.
Perforadores que Edwin L. Drake intentó alistar para su proyecto de perforación de petróleo, 1859.
“El abdomen, el pecho y el cerebro estarán siempre cerrados a la intrusión del cirujano sabio y humano”.
Sir John Eric Ericksen, cirujano británico de la reina Victoria.
“La teoría de los gérmenes de Louis Pasteur es una ficción ridícula”.
Pierre Pachet, profesor de Fisiología de la Universidad de Toulouse, 1872.
“En el futuro las computadoras podrían pesar menos de 1,5 toneladas”.
Revista Popular Mechanics, 1949.
“No nos gusta su sonido, y la música de la guitarra está pasando de moda”.
Decca Recording Co. al rechazar a los Beatles, 1962.
“Las máquinas voladoras más pesadas que el aire son un imposible”.
Lord Kelvin, ingeniero y físico matemático británico, 1895.
Estamos en medio de una revolución médica. El cuidado de los telómeros, la terapia de células madre y la ingeniería biomédica genética harán posible cambiar por completo la vida de nuestro cuerpo físico y el espectro de las enfermedades relacionadas con la edad. Esperemos que, junto con estos avances médicos, no dejemos de lado nuestra verdadera esencia: nuestro ser espiritual, que es el verdaderamente inmortal. ■