Un auténtico viaje en barco, como los de antes. Navegar al ritmo que marca el viento en sus más de 30 velas desplegadas sobre cuatro inmensos mástiles. Viajar en el Sea Cloud es remontar el tiempo porque sus cubiertas de madera, sus amplios salones y sus camarotes conservan la esencia y el lujo de 1931, el año en que la nave fue construida. Desde entonces, el Sea Cloud ha sido capricho de millonarios, embarcación de la Armada de Estados Unidos y hasta protagonista de hechos históricos. Hoy, la compañía Sea Cloud Cruises lo pone a disposición de quien quiera vivir la experiencia de un crucero único e inolvidable.
Todo comenzó cuando Edgard Francis Hutton, uno de los empresarios más ricos de Wall Street, y su esposa, Marjorie Merriweather Post, heredera de una gran fortuna, encargaron a un astillero de Kiel, Alemania, la construcción del más grande, elegante y lujoso yate privado de aquel entonces. El velero fue fabricado en 1931 y recibió el nombre de Hussar II. Merriweather dedicó al menos dos años a decorarlo completamente a su gusto, con muebles exquisitos, chimeneas de mármol de Carrara, porcelana de Sèvres, cubiertos de plata y grifos de oro. Su coste total: alrededor de tres millones de dólares de la época. Durante dos años, el matrimonio navegó en este magnífico yate por las Islas Galápagos, Hawái, Alaska y Montecarlo, hasta 1935, el año en que la pareja se divorció.
Merriweather quedó como la propietaria del barco y lo rebautizó como Sea Cloud. Poco tiempo después, la multimillonaria heredera y fundadora de General Foods Inc., se casó con Joseph E. Davies, un exitoso abogado y diplomático que se destacó durante las negociaciones de paz de Versalles, después de la Primera Guerra Mundial. Cuando Davies fue nombrado embajador de Estados Unidos en la Unión Soviética, el Sea Cloud acompañó al matrimonio en la aventura. Atracada en la ciudad de Leningrado, la nave fue utilizada como una gran sede diplomática flotante en la que se celebraron fiestas de alto nivel, y en ella navegó la realeza europea de la época, como Isabel de Baviera, reina de Bélgica; Gustavo V, rey de Suecia, y los duques de Windsor, Eduardo y Wallis.
Para entonces, las aguas de la región se volvieron cada vez más peligrosas por los movimientos militares que se producían en la zona, por lo que en 1941, para no malvender el barco, Merriweather lo cedió temporalmente a la armada de Estados Unidos, que lo reformó y utilizó como estación meteorológica. Tres años después, el ejército devolvió la embarcación a su propietaria, quien en 1955 decidió venderla por el alto coste que representaba su mantenimiento. Su amigo Rafael Leónidas Trujillo, el presidente de la República Dominicana, se lo compró por 500.000 dólares y lo rebautizó como Angelita en honor a su hija. A partir de entonces, el barco fue testigo de primera mano de hechos trascendentales ocurridos en este país caribeño. Tras el asesinato de Trujillo en 1961, su familia huyó en el Angelita con destino a Europa, pero la embarcación fue interceptada por el gobierno dominicano. En las bodegas del velero viajaba el cadáver del ex hombre fuerte de República Dominicana, pero nunca se encontraron los 95 millones de dólares en lingotes de oro que supuestamente la familia había sacado del país.
El yate pasó a manos del gobierno dominicano y fue convertido en un buque escuela. Luego, en 1978, fue enviado nuevamente a los astilleros de Kiel para su restauración y allí recuperó su nombre: Sea Cloud. Finalmente, en 1993, lo compró su actual dueño, el empresario alemán Hermann Eble, propietario de la naviera Hansa Treunhand, el grupo al que pertenece la compañía Sea Cloud Cruises.
Esta empresa de cruceros ofrece en la actualidad viajes en primera clase a bordo del legendario velero cargado de historia. El Sea Cloud realiza cruceros organizados a lo largo del año por el Caribe, los países del norte de Europa, el Mediterráneo e incluso brinda la oportunidad de realizar travesías transatlánticas.
El ambiente a bordo del Sea Cloud es el resultado de la debilidad de Marjorie Merriweather Post por la extravagancia. El barco tiene espacio para 64 pasajeros, cómodamente alojados en 32 camarotes que se distinguen por el lujo clásico de la decoración original que Merriweather eligió para este velero. Hoy el Sea Cloud mantiene el esplendor de antaño, especialmente en las dos majestuosas suites diseñadas especialmente para sus primeros propietarios, así como en sus ocho lujosos camarotes originales y en las nuevas y elegantes cabinas, todos con una espectacular vista del océano.
El bar Lido, en la soleada cubierta de paseo, y el elegante restaurante a bordo, con sus paneles de maderas preciosas, adornos de bronce y pinturas náuticas, son el lugar de encuentro de los viajeros que comparten el sueño común de navegar por el mundo en un ambiente de exclusividad. Con una tripulación de 60 miembros, cada pasajero recibe una esmerada atención personalizada, lo mismo cuando toman un cóctel en el bar que cuando disfrutan del sol, la brisa y el paisaje tumbados cómodamente en cubierta.
El viaje en este velero de lujo es una experiencia fascinante en el tiempo: es viajar con los más altos estándares de la era moderna, pero con la elegancia y el misticismo de su época de más esplendor. ■