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Son pocos los talleres alrededor del mundo que continúan con la tradición de diseñar y fabricar a mano zapatos hechos a medida. Pero aquéllos que aún continúan en el legendario oficio de crear verdaderas obras de arte de cuero se han convertido en proveedores de lujo y confort, así como de la forma de personalización definitiva de un atuendo, tanto para hombres como para mujeres.
No se sabe a ciencia cierta cuándo fue que la confección de zapatos se convirtió en un oficio de alta reputación, aunque existen vestigios egipcios que dan cuenta de que la labor del zapatero existe desde hace al menos 4.000 años. Y aunque los saberes y las sutilezas del oficio se han refinado con el paso de los años, el proceso de elaboración de un par de zapatos hechos a mano sigue los mismos lineamientos que hace dos siglos, con la única intención de hacer de cada par una auténtica creación artesanal.
Una firma de alta zapatería con una reputación que se remonta a más de 150 años es la británica John Lobb. En sus talleres de la calle Savile Road en Londres y de la Rue de Morgador en París, sus artesanos crean modelos únicos que son verdaderas obras de arte, de acuerdo con las especificaciones de los clientes y las mediciones precisas.
El calzado John Lobb es todavía hecho a mano de la manera tradicional, utilizando sólo los mejores materiales provenientes de Gran Bretaña y los Países Bajos y siguiendo un proceso de 190 pasos en el que se invierten varias semanas para la producción de un solo par.
Otro de los pocos talleres que continúan dando renombre a este arte es Bálint Maßschuhe en Viena. Fundada por el húngaro Lajos Bálint, esta casa de alta zapatería adquirió enorme fama gracias a la precisión con que Bálint tomaba las medidas de cada pie y a la perfección de cada horma. “Quien entra en una tienda de calzado no sólo busca zapatos, sino comprensión y consejo sobre el cuidado adecuado de sus pies”, señala este maestro del calzado.
El renombre de Bálint Maßschuhe prevalece gracias a la conservación de los métodos y estándares de calidad tradicionales. Meticulosamente diseñados y exquisitamente hechos a mano, cada par de zapatos manufacturado por Bálint se fabrica con absoluta precisión de acuerdo con los detalles volumétricos de cada uno de los pies del cliente. Hoy en día, las labores de Lajos Bálint han sido acatadas por su hijo, Bela. Sin embargo, pareciera que tan solo el apellido conlleva la garantía de la mejor manufactura en lo que a calzado se refiere.
Himer und Himer Maßschuhe de Colonia, Alemania, es una de las firmas más jóvenes y audaces en el negocio de la alta zapatería. Ha ganado fama global por la perfección de su ya clásico calzado para golf, y sus exigentes y exclusivos clientes deben esperar meses por un producto que consideran el mejor calzado hecho a mano y a la medida.
El calzado Himer und Himer es el favorito de muchas celebridades, e incluso la industria del calzado suele hacer consultas a su fundador, Axel Himer, por su experiencia al transformar los materiales más selectos en auténticas obras maestras del lujo y la comodidad.
En Roma, por su parte, la casa Gatto recibe a estrellas de cine, príncipes, reyes y embajadores desde la década de 1930. Una frase legendaria del rey Alfonso XIII de España confirma la calidad de esta firma de alta zapatería: “En Roma hay dos maravillas: la Capilla Sixtina y el taller de Gatto”.
Cuando se trata del calzado hecho a mano y a la medida, el diseño tiende a mantener incólume su estilo “clásico” que se distingue por su elegancia y sobriedad. Pero por ser el calzado más caro y exclusivo, los deseos del cliente son órdenes. De esta manera, el cliente no sólo puede elegir entre una amplia gama de finos materiales y tonalidades, sino que puede aportar su propio diseño para que éste sea ejecutado con maestría en manos de los maestros del calzado más diestros del mundo. ■