Frank Gehry, merecedor del premio Pritzker de arquitectura, es uno de los arquitectos más influyentes de nuestro tiempo. Se le reconoce sobre todo por su estilo dinámico en edificios como el Museo Guggenheim en Bilbao, España, y el Walt Disney Concert Hall en Los Ángeles, pero también por sus diseños únicos en su género para la casa Tiffany & Co. y para la artista Lady Gaga. Si existe un denominador común en el trabajo de Gehry durante sus cinco décadas de carrera es su pasión por las estructuras y las formas y, en especial, su enorme aprecio por lo que en su opinión proyecta la “forma perfecta”: el pez.
La silueta sinuosa del pez ha servido de modelo para la creación de muchos de sus proyectos de diseño y arquitectura, entre los cuales se incluye una nueva serie de atrevidas lámparas en forma de peces: Frank Gehry: Lámparas de peces. Estas piezas de iluminación ya han sido expuestas este año en la Galería Gagosian de Beverly Hills y de París, y ahora se exhiben hasta el 21 de diciembre en la Galería Gagosian de Londres.
Frank Gehry: Lámparas únicas, la primera serie de lámparas de peces, se exhibió en 1984 en la Galería Gagosian de Los Ángeles y fue el resultado de un accidente fortuito. Mientras trabajaba en un proyecto con formica, un pedazo de laminado de plástico se rompió en pedazos y Gehry vio algo más allá del material roto. Los fragmentos le parecieron escamas y lo inspiraron para crear su primera generación de lámparas de peces.
En el 2012, Gehry volvió a la forma del pez, evidentemente un motivo recurrente en su obra, sólo que esta vez incorporó el uso de escamas más grandes e irregulares para dar la forma y movimiento que se percibe de estas lámparas. Las “escamas” de plástico están ingeniosamente capeadas a mano en los marcos de metal, e iluminadas desde dentro para que emitan una cálida luz incandescente. Con una iluminación muy sutil, las lámparas de peces son esculturas en sí mismas, esculturas de luz. Algunas se muestran individualmente montadas en un pedestal, otras son apliques en la pared o cuelgan como candelabros. Las estructuras flexibles y de contornos ondulantes parecen tener vida propia, como peces que con elegantes movimientos agitan su cola y escapan a lo largo de toda la galería.
En octubre de este año, una de las icónicas lámparas de Gehry del año 1984 fue valorada en más de 70.000 dólares en la subasta de las artes decorativas del siglo XX en Los Ángeles. La creación de mobiliario lúdico de cartón industrial reciclado, la escultura del pez hecha de vidrio del Walker Art Center de Minneapolis y la serie de sus sugerentes lámparas de peces son ejemplos de su creatividad como artista, más allá de su probada genialidad como arquitecto. Y es que Gehry, con sus diseños imaginativos y el uso creativo de materiales de bajo costo, ha creado estas esculturas de luz y otras obras maestras atemporales, llamativas y prácticas como para desdibujar las fronteras entre el arte y la arquitectura. ■