No cabe duda de que en una ciudad en la que los metros cuadrados son una especie en extinción, la altura cobra un valor y un significado completamente distintos. Sede de los rascacielos más imponentes del mundo, Nueva York se prepara para el alzamiento de uno de los proyectos arquitectónicos más ambiciosos de nuestros días.
No sólo pretende ser la torre más alta y más delgada de la Gran Manzana —y de toda América—, sino redefinir por completo el icónico horizonte de Manhattan. Ubicado en el número 432 de Park Avenue, el nuevo rascacielos neoyorquino ocupa unas parcelas de terreno que se extienden hasta las calles 56 y 57. De hecho, este terreno sobre el que anteriormente se alzaba el hotel Drake, construido en 1926, ha sido uno de los más codiciados de la ciudad durante muchos años.
Proyectado para estar terminado en el 2015 con una asombrosa altura de más de 445 metros, el nuevo edificio dará a la Gran Manzana el récord del rascacielos residencial más alto de todo el hemisferio occidental. El diseño de la espléndida torre, obra del arquitecto uruguayo Rafael Viñoly, está basado en “la forma geométrica más pura: el cuadrado”. Sus 96 pisos serán suficientes para rebasar al Empire State (construido en 1931 con 381 metros de altura), que hasta ahora había portado el título del rascacielos más alto de la ciudad.
Sus amenidades serán dignas de cualquier hotel de cinco estrellas. Y es que el 432 de Park Avenue aspira a ser el edificio residencial más lujoso de la zona, aunque sus pisos, estancias y facilidades tengan que luchar por cada centímetro de superficie. Como dato revelador: cada metro cuadrado tiene un valor en el mercado de alrededor de 76.600 dólares.
Con techos de casi cuatro metros de altura y extraordinarios ventanales cuadrados, cada apartamento de esta torre está rematado con sólidos pisos de roble y exquisitos mármoles italianos. Los residentes, desde luego, pueden personalizar sus apartamentos de acuerdo con sus gustos y necesidades, agregando habitaciones extra para sus empleados o suites para oficinas.
Las amenidades de este emergente pedacito de cielo incluirán facilidades para entrenamiento de golf, una piscina de 22 metros de largo, un restaurante privado con una espectacular terraza y espléndidas vistas de la calle 57 y el legendario Parque Central, cavas de vino con temperaturas controladas, un spa, salones de billar, salas de proyección y salones de fiesta.
De acuerdo con la firma CIM Group, que junto al urbanizador Harry Macklowe está a cargo del proyecto, “para las jóvenes parejas chinas que están planeando matricular a sus hijos en las magníficas escuelas del Upper East Side de Nueva York y Nueva Inglaterra, el número 432 de Park Avenue se ha convertido en un punto de gran interés para ellos”. De hecho, la mitad de los clientes que ya se han aventurado a la compra son extranjeros, y aunque permanecen en el anonimato, la prensa especializada ha sugerido que se trata de jeques árabes, asiáticos multimillonarios, magnates latinoamericanos y barones rusos.
Los precios de los apartamentos varían de 7 millones de dólares hasta más de 82 millones de dólares, y se han vendido como pan caliente. Incluso su espectacular penthouse, de seis dormitorios, 7 baños y una biblioteca, se vendió por 95 millones de dólares. No cabe duda de que Nueva York todavía está de moda. ■