Entre el mar y el cielo, en la entrada de un viejo puerto, se erige el Museo de las Civilizaciones de Europa y del Mediterráneo (MuCEM), que abrió sus puertas el 7 de junio de 2013 en Marsella. Como su propio nombre indica, está dedicado a las civilizaciones surgidas en torno a la cuenca del Mare Nostrum. La ciudad donde se ha levantado no fue elegida por casualidad. Se trata de la segunda capital más poblada de Francia y lugar emblemático de encuentro entre las dos orillas del Mediterráneo, plagada de cultura popular. El edificio del MuCEM está diseñado por el marsellés Rudy Ricciotti, cuyo proyecto se impuso sobre el de otros célebres arquitectos como Rem Koolhas y Zaha Hadid, que también perseguían el encargo.
El museo, con sus tres diferentes atmósferas, tiene en conjunto 15.000 metros cuadrados (161.400 pies cuadrados) en los que se respira la modernidad del siglo XXI. Además de las exhibiciones, en sus instalaciones se ofrece una amplia gama de actividades: conferencias, conciertos, debates o visionado de películas. Su centro de exposiciones cuenta con un auditorio con capacidad para 400 personas, una sala de reuniones y de trabajo, locales para tiendas, café y restaurante.
El MuCEM de Ricciotti, construido sobre el antiguo muelle J4 de la ciudad, está dedicado al redescubrimiento de las grandes etapas de las civilizaciones mediterráneas y aborda temas tan sorprendentes como la invención de los dioses, los tesoros de la ruta de las especias, las visiones de Jerusalén, el banquete de los ciudadanos, o el gabinete de curiosidades sobre las siete maravillas del mundo.
Este museo es el primero dedicado específicamente a las culturas del Mediterráneo y está considerado uno de los más logrados de los últimos años en Europa. Con una superficie de exposición de cerca de 4.000 metros cuadrados (43.000 pies cuadrados), conecta con la fortificación de Fort Saint-Jean y la ciudad antigua, gracias a sus increíbles pasarelas. Por eso, acudir al MuCEM es mucho más que acudir a un museo; es una atracción cultural y turística por tratarse de todo un símbolo de esta legendaria ciudad.
Thierry Fabre, responsable de la programación del MuCEM hasta enero del 2017, destaca la “identidad narrativa del Mediterráneo”, que siempre ha sido sólida. “Europa siente una inclinación natural por el Mediterráneo, que se estancó después de Goethe, la Campaña de Egipto de Napoleón y la moda del orientalismo”, explica Fabre. La temática del MuCEM abarca un área geográfica que va más allá de los países que bordean el Mediterráneo, y también cubre un vasto campo histórico: desde la prehistoria hasta temas contemporáneos.
El segundo espacio de las instalaciones del MuCEM es el Fort Saint-Jean. Esta construcción del siglo XII acoge colecciones permanentes y temporales. Es un lugar que invita también a contemplar el paisaje, bien a través de sus pasarelas, desde las que se aprecian unas excelentes vistas, o con un paseo por su nuevo jardín mediterráneo.
El tercer espacio del museo se encuentra en el distrito de Belle de Mai, cerca de la estación de tren de Saint-Charles. Alberga el Centro de Conservación y Recursos, diseñado por la arquitecta Corinne Vezzoni. En este centro, dedicado a la conservación de las colecciones, el visitante podrá curiosear la historia del museo y sus bastidores.
Muchos expertos consideran ya al MuCEM como algo más que un museo: una nueva comunicación con el Mediterráneo, un espacio de apertura e intercambio, un lugar donde la historia común y las civilizaciones dialogan armónicamente frente a nosotros.
En tu próxima visita a la maravillosa ciudad de Marsella, no dejes de visitar las esplendidas instalaciones del complejo MuCEM. ■