No es casualidad que los movimientos plásticos más significativos de la historia hayan surgido durante épocas de cambio y transformación social. Al hablar de arte se hace referencia también al contexto histórico y social de cada país. India no es una excepción.
De los brotes nacionalistas a la intensa globalización y el repunte tecnológico por los que atraviesa el país actualmente, el siglo XX ha supuesto para India la apertura a una vasta corriente de pensamientos e ideologías. En términos culturales, cicatrices de este proceso han quedado plasmadas incluso en monumentales obras arquitectónicas, ciudades enteras que en su momento fueron encargadas a destacados arquitectos occidentales como Le Corbusier y Otto Königsberger.
RAJA RAVI VARMA.
Desde el punto de inflexión que significó la descolonización de India, los artistas indios también comenzaron una intensa búsqueda de identidad. Su principal objetivo era desnudarse de la influencia tradicional occidental que durante las primeras décadas del siglo pasado dictaba el estilo de su obra. Artistas como Raja Ravi Varma —conocido por sus retablos al óleo en los que se muestran hermosas mujeres indias— comenzaron por primera vez a imitar las técnicas occidentales conjugándolas con temáticas nacionales. Así, cada vez más artistas indios se expresan con voz propia en piezas que muchas veces revisitan los estilos antiguos y entretejen los íconos tradicionales de la cultura india con tendencias occidentales.
Eventos como la llegada a India de las casas de subastas Sotheby’s, Christie’s, Saffronart, Bid & Hammar, Apparao y Emami Chisel Art, implicaron la apertura de canales de venta que llevarían el trabajo de los indios al mercado internacional. Hoy, un creciente grupo de creadores indios figura en la lista de los artistas más codiciados y cotizados del mundo.
(I) S.H. RAZA; (D) VASUDEO S. GAITONDE.
El florecimiento de las galerías indias tampoco se queda atrás. Aunque el medio había estado controlado básicamente por Vadehra y Pundole, durante los últimos cinco años India se ha llenado de jóvenes galeristas en ciudades como Nueva Delhi, Bangalore y Bombay.
Curiosamente, no son los indios acaudalados quienes están invirtiendo. El arte indio ha despertado tal expectación entre los coleccionistas occidentales que se cuenta entre los más cotizados actualmente, dejando atrás incluso al arte chino, que hasta el 2010 había repuntado fuertemente en las subastas. Según los expertos, el gran éxito del arte indio radica en su autenticidad y sus fuertes raíces.
TYEB MEHTA.
Para muestra un botón. Este año, un paisaje abstracto sin título de Vasudeo S. Gaitonde se convirtió en la obra de origen indio más cara del mundo al venderse a un coleccionista anónimo estadounidense por 3,7 millones de dólares. Por su parte, el trabajo de Tyeb Mehta, quien falleció en junio del 2009 y cuyo estilo austero terminó por alinearse al más duro minimalismo, también destacó en la subasta. A la lista se suman: S. H. Raza, Atul Dodiya, Jitish Kallar, Sodobh Gupta, N. S. Harsh, Shilpa Gupta, F. N. Souza, Arpita Singh, Bharti Kher y, desde luego, Anish Kapoor, entre otros. ■