Los mejores recursos y piezas de la casa Graff fueron reunidos para fabricar un reloj verdaderamente extraordinario, que ya se coloca como el más valioso del mundo con un precio de 55 millones de dólares. No es únicamente su diseño lo que hace que su valor sea tan elevado, sino los cientos de diamantes de 110 quilates que lo adornan.
El Hallucination es una pieza exquisita, un caleidoscopio de destellos conformado por raros diamantes de diversas tonalidades (los diamantes azules están de moda) que envuelven su discreta carátula. Ha sido diseñada no sólo para capturar miradas, sino para redefinir la conjunción de la joyería y la alta relojería. El reloj Hallucination es mucho más que una pieza de lujo; es una romántica declaración de amor por la vida, sus colores y —desde luego— sus primorosos diamantes.
Se requirieron miles de horas de trabajo para que el equipo de diseñadores del Hallucitanion perfeccionara el concepto, inicialmente concebido por el mismo Laurence Graff, presidente y fundador de la firma. Una vez terminado el diseño, el proceso de selección de los diamantes tomó alrededor de dos años, de acuerdo con François Graff, hijo de Laurence y director ejecutivo de la compañía. Más adelante, la ejecución de la pieza fue confiada a un selecto grupo de relojeros y gemólogos de la compañía, bajo el lineamiento de alcanzar la perfección absoluta. “El Graff Hallucination es una obra de arte escultural, una celebración al milagro que son los diamantes de colores”, señala Laurence Graff. “Durante muchos años soñé con crear un reloj verdaderamente notable, que pusiera de manifiesto nuestra profunda pasión por los diamantes. El Hallucination es ese sueño hecho realidad”.
Laurence Graff es conocido por su espíritu aventurero. En el 2012, llevó a cabo una de sus más grandes hazañas al adquirir un extrañísimo diamante rosado por 46 millones de dólares. Al poco tiempo, sometió la gema a un delicado proceso de pulido y obtuvo como resultado un extraordinario Fancy Vivid Pink IF de 23,88 quilates. No es de sorprender entonces que su Graff Hallucination haya acaparado las miradas y el interés durante el Baselworld de este año.
Sin embargo, esta pieza de ensueño no sólo es producto de la osadía de Laurence Graff, sino de la excelencia que garantiza la minuciosa supervisión de su hermano Raymond, quien es responsable de los acabados inmaculados de cada una de las piezas de la casa Graff. La combinación de estos factores hace que el Hallucination destaque no sólo por su aspecto majestuoso y su extravagante diseño, sino por la inigualable calidad de cada uno de los diamantes que lo componen. Por cierto, ¿hemos mencionado que también marca la hora? ■