Para quienes casi han olvidado el arte de escribir a mano, la firma alemana de lujo Montblanc les recuerda que la caligrafía o la escritura propia son un placer. Y que ese placer no sólo procede de la calidad del instrumento que se emplea para escribir, sino también de los accesorios para el escritorio. Estos son detalles capaces de transformar el espacio de trabajo en un entorno productivo, organizado y elegante.
Un cubre escritorio, por ejemplo, ofrece una superficie óptima en la que escribir. El más reciente modelo de Montblanc está fabricado con piel de becerro negro. Tiene su interior forrado con tela de Jacquard, con una “M” impresa, y dos solapas, una para guardar tarjetas de visita y otra para notas privadas que se quieran mantener ocultas a la vista. Otro elemento que distingue este cubre escritorio es el secante de tinta, hecho con piel, y el papel secante de recambio, para los aficionados a las plumas estilográficas.
El conjunto se complementa con un estante para cartas y una bandeja de documentos, que combinan el cuero fino con una placa de madera en su base y un acabado de lacado transparente que deja ver las vetas de la madera. Todas estas piezas van a tono con un marco de madera para fotos, con piel de becerro italiano en el reverso y jacquard negro con la “M” distintiva bajo la cubierta de cristal; un vistoso abrecartas de metal con incrustaciones de madera; y una bandeja para estilográficas, hecha también con piel de becerro, con cubierta extraíble y un segundo compartimento para recambios.
Famosa por el emblema de la estrella blanca, Montblanc confecciona sus piezas y accesorios de piel, desde bolsos y carteras hasta fundas y mochilas, en su propia fábrica, en las afueras de Florencia, Italia. Allí, uno a uno y a mano, los artesanos de la legendaria casa les dan vida empleando el mejor cuero italiano y guiándose por la máxima de la firma alemana: “La inspiración y las ideas se materializan gracias a las herramientas y a las piezas especiales de las que nos rodeamos”. ■