Dentro de esta tendencia, el hombre más rico de Japón, el multimillonario Masayoshi Son, fundador y director ejecutivo de Softbank, pagó 117,5 millones de dólares por una mansión en Woodside, California, el corazón del exclusivo y adinerado Silicon Valley. Su propiedad se convirtió en la más cara de la historia en Estados Unidos, y está situada, precisamente, en lo alto de una colina con vistas de 360 grados a las montañas que rodean Woodside.
Mientras que la mayoría —79 por ciento— de los compradores de lujo adquirieron la casa como vivienda principal, sólo el 10 por ciento lo hizo como casa de vacaciones o segunda vivienda. Algunas de las opciones más elegidas en el tipo de residencia fueron las villas exclusivas, los apartamentos de lujo y las fincas únicas. De media, los compradores de casas de lujo tardaron cinco semanas en encontrar su “casa ideal”.
Dos lugares representativos de las nuevas tendencias son Los Ángeles y San Francisco. La primera es una urbe que se ha posicionado como una meca del entretenimiento y lugar preferido de celebridades, con zonas exclusivas como Holmby Hills, Bel Air o Hollywood Hills. La segunda, es una ciudad enmarcada por colinas empinadas y dueña de uno de los estilos de vida más sofisticados del país, especialmente en áreas como Pacific Heights, Russian Hill y Belvedere, a lo largo del Gate Bridge en Marin.
Los motivos que impulsaron a los compradores para optar por estas propiedades se basaron, principalmente, en dos razones: adquirir una casa más grande o mejorar la calidad y la ubicación de la vivienda anterior. De todas formas, no todos optaron por propiedades con vistas a las colinas o al mar, pues algunos prefirieron otras alternativas: las zonas cercanas a los campos de golf tentaron al 16 por ciento de los compradores, mientras que el 12 por ciento compró su propiedad en una región montañosa. Los lagos y las zonas de esquí captaron menos la atención, con 4 por ciento y 1 por ciento de los compradores, respectivamente.
Una curiosidad revelada por la es que los compradores de propiedades de lujo tienden a ser más optimistas que los compradores tradicionales: siete de cada 10 aseguraron que el precio de la casa aumentaría en un año. Y casi todos sostuvieron que conservarían la propiedad por un período de diez años, a diferencia de los compradores tradicionales que suelen mantener su propiedad sólo por seis años, según el estudio “2013 Luxury Real Estate Consumer Survey”.
Tan interesantes como reveladores, los datos de esta encuesta señalan una marcada tendencia en el estado de California, uno de los destinos más exclusivos para adquirir viviendas. Y esto sucede, tal vez, gracias a que es un centro económico que apuesta por la creatividad y concentra muchas de las empresas estadounidenses más exitosas. ■