Un castillo es un lugar cercado de murallas, con baluartes, fosos y otras fortificaciones. Pero es también un símbolo, pues con su construcción, los reyes y nobles mostraban su poder y riqueza. Además, como sucede con las catedrales, estas legendarias edificaciones son objeto de orgullo arquitectónico.
A continuación, mostramos tres castillos situados en el Viejo Mundo que bien valen una visita: Eilean Donan en Escocia, Neuschwanstein en Alemania y Bran en Rumanía. Vea aquí nuestra selección de destinos en todo el mundo.
Castillo de Eilean Donanv
Escocia
El castillo de Eilean Donan, situado en una isla de la región conocida como Highlands, es para muchos el castillo escocés arquetípico y uno de los más visitados. Fue construido en el siglo XIII, justo en el punto donde confluyen tres grandes lagos, en un paraje de excepcional belleza. Sus ruinas actuales datan del siglo XVIII, pues fue parcialmente destruido en un levantamiento jacobita en 1719. Dos siglos más tarde fue restaurado en todo su esplendor y hoy sigue siendo la residencia oficial del clan McRae. Eilean Donan ha aparecido en muchas películas ambientadas en Escocia y es todo un emblema del país. El castillo ahora tiene su propio centro de visitantes y se puede explorar casi en su totalidad.
Castillo Neuschwanstein
Alemania
Esta ensoñadora construcción, situada en una escarpada colina de Baviera, fue construida en 1866 por orden del rey Ludwig II de Alemania, conocido como “el rey loco”. La obra se encargó a los arquitectos Eduard Riedel y Georg Dollmann, quienes levantaron un edificio que imita el estilo románico del siglo XIII. Las pinturas que se conservan en el interior representan, principalmente, escenas de las óperas Tannhäuser y Lohengrin de Richard Wagner, y en la Sala de los Cantores hay pinturas murales que ilustran la saga de Parsifal. Neuschwanstein es hoy uno de los más frecuentados de Europa. Aproximadamente 1,4 millones de personas visitan anualmente este castillo de ensueño que parece sacado de un clásico cuento de hadas.
Castillo Bran
Rumanía
En mayo del 2009, después de más de 60 años de propiedad estatal, el castillo de Bran fue devuelto a los hijos de la princesa Ileana de Rumanía, quienes han logrado, tras una ardua restauración, devolver al lugar el esplendor de antaño. Todos los años, más de medio millón de visitantes llegados de todo el mundo se acercan hasta la localidad de Bran para disfrutar de las vistas de uno de los castillos más famosos de Europa. Este romántico lugar fue la inspiración del genial escritor irlandés Bram Stoker para darle vida al famoso Conde Drácula, un personaje basado en el príncipe rumano Vlad Tepes —conocido como Vlad el empalador— quien habitó el castillo en el siglo XV. En Rumanía, el príncipe Vlad está considerado como un héroe nacional, ya que detuvo las invasiones otomanas que en su época azotaron el norte de Europa. ■