Corría el año 2013, cuando la célebre Casa Guerlain de París, dedicada en cuerpo y alma al universo de la belleza desde 1828, reimaginó una de sus mejores boutiques, ubicada desde hace más de un siglo en el número 68 de Les Champs-Élysées. Para dar un giro sofisticado y cosmopolita a una tienda emblemática de la Ciudad de la Luz, Guerlain contrató al famoso arquitecto y diseñador de interiores estadounidense Peter Marino, quien proyectó un espacio que homenajeaba con respeto el refinamiento parisino del buen vivir.
Además de darle un nuevo aire a la boutique Guerlain, Marino creó un precioso restaurante en el corazón de la tienda, con la inestimable colaboración de dos grandes talentos: la estrella de la cocina francesa, el chef Guy Martin, y el perfumista de la Casa Guerlain, Thierry Wasser.
El espacio que ocupa el restaurante Le 68 Guy Martin es un templo del buen gusto en el que imperan la serenidad y el silencio. Con una decoración sin estridencias, en el elegante espacio destacan sus admirables lámparas de araña Baccarat y el gran trampantojo que simula ventanas por las que entra una aparente y tamizada luz diurna.
Las mesas de Le 68, decoradas con las flores usadas por la Casa Guerlain en sus perfumes ―peonias, lirios, ylang-ylang y junquillos―, son obra del diseñador Peter Dayton, y las paredes, cubiertas con delicada marquetería, se deben a la inspiración de Lison de Caunes, la nieta del famoso diseñador del art déco André Groult. En general, el comedor es un bastión de la relajación y es difícil imaginar que, a sólo unos pasos, se encuentra una de las avenidas más concurridas de París.
Pero un restaurante hermoso sería sólo un espacio sin sentido sin la existencia de una gran cocina. El reto lo enfrenta a diario uno de los mejores chefs franceses del momento, Guy Martin, un artista culinario premiado con tres estrellas Michelin, quien además es Caballero de la Orden de las Artes y las Letras y Oficial de la Legión de Honor.
(I) Thierry Wasser; (D) Chef Guy Martin.
Con la ayuda del perfumista Thierry Vasser, Martin ha recreado en su carta una sucesión de sofisticados platos de enorme belleza visual ―y aún mejor sabor― en los que el perfume y sus esencias son piezas fundamentales de su entramado culinario. La vainilla, el regaliz, la canela y el jazmín, así como el romero y la bergamota, forman parte de muchos platos ideados por Martin. Es muy famoso su foie gras a la vainilla de Madagascar en hojaldre o el bacalao envuelto en regaliz, entre otras delicias. Un menú de degustación que combina sabores y fragancias como encarnación del mítico universo de Guerlain. ■