En Alemania se producen más de 150 clases de quesos, cada uno con las características de su región de origen. El país no es sólo un gran productor y exportador de quesos, sino también un fiel consumidor.
Estas tres creaciones que les presentamos son muy especiales. Distintas entre sí y de gran calidad, su gustoso paladar agradará a los fieles devotos de un manjar tan exquisito como antiguo. Lea aquí más sobre productos gourmet de todo el mundo.
Dorblu
Curiosamente, el gusto por el queso azul es muy reciente en Alemania. Mientras que desde hace siglos en el resto de Europa tienen gran predicamento quesos como el Cabrales, el Stilton, el Gorgonzola o el Roquefort, no fue hasta la década de 1990 cuando comenzó a verse con asiduidad el queso azul en las tiendas y mercados alemanes. El Dorblu es un queso de leche pasteurizada de vaca, de delicado moho azul, ni muy salado ni muy picante, que nació a principios del pasado siglo en la ciudad alemana de Lauben, en los Alpes de Allgäu. Con la receta original, la empresa Käserei Champignon Hofmeister creó una nueva receta de queso azul, elaborado con leche de vaca y utilizando moho penicillium roqueforti, pensada específicamente para los amantes de los quesos azules moderadamente fuertes. El Dorblu, que posee una pasta de textura semiblanda y cremosa, es de color blanco, con vetas azules de moho que le dan un sabroso sabor especiado. Excelente en ensaladas y emparedados, acompaña estupendamente a un buen vino Riesling.
Milben Würchwitzer
En la actualidad, tan sólo la familia de Helmut Pöschel puede producir y comercializar este queso que se produce desde hace más de 500 años en Würchwitz, Sajonia-Anhalt. Se elabora con leche de vaca, cabra y oveja mediante la fermentación que producen ciertos ácaros (milben, en alemán) sobre la leche. Es un queso de pasta dura y corteza marrón, que madura durante al menos un año ―o incluso más― y se aromatiza con comino, sal y flores de saúco. De color ámbar, tiene un sabor especiado con un toque ligeramente amargo. Los habitantes de esta zona de Alemania lo mezclan rallado con una sabrosa mantequilla que, untada sobre pan tostado, se convierte en un sencillo pero gustoso manjar. Marida perfectamente con un buen vino dulce del tipo Gewürztraminer.
Hessischer Handkäse
Originario de Hesse, en el centro de Alemania, Hessischer Handkäse ―queso moldeado a mano― es una creación típica y tradicional de los campesinos de la región. Elaborado con leche agria de vaca, es de pasta fresca y corteza lavada con salmuera. Aromático y con un sabor ligeramente picante, tiene una consistencia entre blanda y firme. Es un queso que puede encontrarse en toda Alemania y suele servirse en las sidrerías y cervecerías alemanas como entrante, casi siempre acompañado de cebolla, aceite y vinagre. Es habitual que lleve especias ―sobre todo, comino― y lo ideal es acompañarlo con alguna aromática sidra de la zona. ■