El pedigrí de este espléndido destino turístico se remonta a la época romana, cuando el emperador Adriano envió a sus legiones para proteger las fronteras del norte del imperio. Más tarde, Marco Aurelio —conocido como Caracalla— ordenó la construcción de baños termales públicos no sólo en Roma, sino en todos los dominios imperiales, en un esfuerzo por curarse de la severa artritis que lo atormentaba.
Baden-Baden siempre será el sitio turístico más aristocrático de Alemania.
Durante la Edad Media, la ciudad de Baden, así se llamaba entonces, estableció su reputación como un enclave de sanación. A pesar de ello, la urbe cayó en la ruina y ya para el siglo XIV los Margraves de Baden le cambiaron el nombre a Baden-Baden. Pero no fue hasta el siglo XIX que los más ilustres personajes de la época comenzaron a visitarla con regularidad. A mediados de la década de 1830, Baden-Baden ya era el destino favorito de Europa para la alta sociedad.
La fama de las propiedades mágicas de los manantiales naturales de Baden-Baden se extendió por todo el mundo a principios del Siglo XIX, cuando la realeza prusiana mantuvo la ciudad esencialmente como un exclusivo resort y spa. Aquella aura de bienestar y relajación se hizo parte del buen vivir de la época, aunque Baden-Baden ofrecía otros interesantes atractivos.
Esta pequeña ciudad es también conocida por su casino. Este emporio de juegos de azar se encuentra en el Kurhaus, un edificio palaciego diseñado por Friedrich Weinbrenner en 1824 que alberga restaurantes, varios salones, un teatro y un espléndido salón de banquetes. La edificación neoclásica —adornada con columnas de mármol blanco, hornacinas, innumerables estatuas, espejos dorados, molduras esculpidas y románticos frescos pintados en el techo— tiene un aire de opulencia que complementa al resto de la ciudad. En épocas más recientes, el casino de Baden-Baden ha presentado conciertos de música clásica y de rock, obras de teatro, grandes bailes de gala y otros eventos culturales. Más de un ilustre caballero ha perdido su fortuna en sus mesas de juego, incluyendo al escritor ruso Fyodor Dostoyevsky, de quien se dice haber escrito su novela El jugador para pagar las deudas contraídas en el fabuloso casino.
En años posteriores, la ciudad se convirtió en un imán no sólo para la nobleza europea, sino también para magnates aristócratas, comerciantes javaneses y hasta nobles otomanos. En fechas más recientes, este singular resort ha sido visitado por estrellas de cine y jefes de estado como el presidente de Estados Unidos, Barack Obama.
La hermosa ciudad conserva con sumo cuidado sus calles serpenteantes y sus hermosas avenidas bordeadas de impresionantes edificios; sus parques, fuentes, cafés, tiendas y cervecerías. Los viajeros pueden disfrutar de los relajantes baños minerales equipados con saunas y termas, y participar en los antiguos rituales de limpieza que prometen liberar el cuerpo de dolores, malestares y toxinas. Los principales baños termales son elegantes y se ubican en grandes edificios con aire de catedrales.
Los amantes del arte también tienen muchas razones para visitar esta atractiva ciudad de Alemania, hogar del Museo Fabergé. Baden-Baden también alberga algunos de los mejores exponentes del arte expresionista alemán, como la famosa Colección Frieder Burda, con más de 1.000 pinturas, esculturas, objetos de arte y trabajos en papel, de los principales artistas del siglo XX.
Otras atracciones incluyen las instalaciones del Castillo Viejo, que data del siglo XII y fue hogar de los margraves o marqueses de Baden, que defendieron con orgullo y valentía las fronteras meridionales del Sacro Imperio Romano. En el siglo XVI, sobre sus ruinas, se construyó un nuevo castillo para ellos, el Castillo de Hohenbaden, que luego se convirtió en la residencia de los duques de Baden. En la actualidad, el Castillo Nuevo, desde donde se puede disfrutar de las impresionantes vistas del norte del Selva Negra, es la sede del museo histórico municipal Las iglesias de Baden-Baden son joyas arquitectónicas excepcionales del gótico tardío, del barroco alemán o del modernismo. Entre ellas se encuentra la Iglesia Rusa, con sus hermosos frescos bizantinos; la Stiftskirche, primera iglesia colegial de Baden-Baden, con sus impresionantes esculturas en el pórtico; la Capilla Stourdza y la apacible Abadía Lichtenthal, así como la contemporánea Autobahn Church, construida en la década de 1970.
El sereno paisaje de la Selva Negra invita a la recreación en medio de la impresionante naturaleza. Lichtentaler Allee es un idílico parque y jardín botánico del siglo XVII que ostenta más de 300 especies de árboles nativos y exóticos, un lugar ideal para disfrutar de la brisa que refresca la ciudad al atardecer. Paradies es otro impresionante jardín, pulmón de la ciudad, rodeado de magníficas villas que datan de la década de 1920.
Baden-Baden siempre será el sitio turístico más aristocrático de Alemania. La emblemática ciudad cuenta con, al menos, seis restaurantes con estrellas Michelin, así como con excelentes hoteles, entre los que se distingue el icónico Brenners Park Hotel & Spa.
No lo dude más. Baden Baden es el sitio perfecto para sus próximas vacaciones de lujo en Europa. ■