Es sin duda uno de los superdeportivos más potentes, veloces y radicales del planeta, pero si algo distingue al Lykan Hypersport es el lujo extremo con el que busca atraer a los clientes más exigentes. Lea aquí más sobre los coches más lujosos del planeta. Para referirnos a este exclusivo supercoche fabricado por la empresa libanesa W Motors, se podría hablar ―literalmente― de una joya, pues lo que más llama la atención del Lykan Hypersport es el hecho de ser el primer automóvil del mundo diseñado y construido con piedras preciosas: diamantes (o rubíes, zafiros o esmeraldas, según los gustos del cliente) que se integran en sus faros con las luces LED que iluminan su camino.
Y no quedan ahí las muestras de la suntuosidad del primer superdeportivo árabe de la historia. Su estructura ha sido fabricada con fibra de carbono para otorgarle la mayor ligereza posible, aunque ésta se ve comprometida con la inclusión de un techo bañado en oro o las numerosas inserciones y detalles rematados en platino, metal que también aparece en los faros.
Este nivel de ostentación y opulencia tan habitual entre los jeques y poderosos de Oriente Medio eclipsa las notables prestaciones del Lykan Hypersport, que no desmerecen en absoluto a las de otros supercoches similares: en su interior esconde un motor de seis cilindros ―basado en un bóxer de la firma Porsche― que desarrolla un total de 750 CV de potencia máxima y 1.000 NM de par motor. Esta motorización transmite la fuerza a las cuatro ruedas del vehículo a través de una caja de cambios automática en secuencia de seis velocidades.
A pesar de no ser de los más potentes, el Lykan Hypersport es capaz de colarse entre los superdeportivos más veloces del planeta. Acelera desde el reposo hasta 100 km/h (60 mph) en sólo 2,8 segundos y apenas tarda 9,4 segundos en llegar a los 200 km/h (120 mph). Además, puede alcanzar un máximo de 395 km/h (245 mph), situándose así entre los modelos con más velocidad punta del momento.
Por si fuera poco, el Lykan Hypersport ha adquirido una controvertida fama, gracias a la llamativa escena que protagoniza en la más reciente entrega de la saga Fast & Furious (“A todo gas” o “Rápido y furioso”), ambientada en Dubái: el superdeportivo árabe cruza el vacío entre dos rascacielos del emirato, tras recibir el “impulso” del misil de una bazuca.
El Hypersport es realmente un coche exclusivo. El lujo extremo que predica se paga caro, como lo demuestran los más de tres millones de dólares que pide W Motors por cada una de las siete unidades a las que, según ha prometido, quedará limitada su producción. Para quienes estén dispuestos a pagarlos, la compañía libanesa ya tiene a punto un futuro Supersport, con un precio que supera los 1,5 millones de dólares, y un SUV más asequible, que se vendería desde los 250.000 dólares. ■