Ubicado entre Suiza y Austria, el Principado de Liechtenstein es uno de esos destinos vacacionales que suelen pasar desapercibidos, pero que terminan convirtiéndose en una placentera sorpresa.
Este micro estado de 162 kilómetros cuadrados, famoso en el pasado por ser un paraíso fiscal, es hoy un país con un fuerte sector financiero. Con 35.000 habitantes, se ubica en el tercer lugar en la lista de los países con el Producto Interno Bruto (PIB) más alto del mundo.
Pero sus encantos van más allá de lo meramente económico. Para los amantes del arte, su capital, Vaduz, ofrece la oportunidad de disfrutar e interactuar con él, al pasear por el “Parque de las Esculturas”.
Obras de Fernando Botero, Henry Moore, Daniel Spoerri, Heinz Mack, entre otros, se entremezclan en Vaduz con elementos arquitectónicos que convierten a esta diminuta ciudad en una referencia del arte moderno.
Es una experiencia inolvidable pasear por Vaduz y visitar en su casco histórico cinco museos, ubicados uno al lado del otro, mientras se pueden apreciar diversas esculturas que están en exposición en las calles. Entre ellos destacan el Museo de Arte de Liechtenstein -en una premiada edificación conocida como del cubo negro- que tiene en su poder una de las colecciones privadas más antiguas de Europa; el Museo Nacional, que trata sobre la historia del principado, y el Museo Filatélico, que es una parada obligada para cualquier filatelista que se precie de tal.
Sobre la ciudad, en lo alto del valle y con impresionantes vistas panorámicas, se encuentra el imponente y medieval Castillo de Vaduz, que no sólo es la residencia de la familia real y símbolo de Liechtenstein, sino también un recordatorio de la dominante posición de su monarquía.
Vinos exclusivos
Precisamente en Vaduz el príncipe de Liechtenstein, Juan Adán II, tiene los viñedos Herawingert, una visita muy preciada para los amantes de la enología.
Se trata de cuatro hectáreas de laderas orientadas hacia el sudoeste que cuentan con un clima templado, influido por el viento Föhn, un cálido viento característico del norte de los Alpes.
La ubicación de estos viñedos está considerada como la mejor del Valle del Rin alpino. La excelente calidad de su suelo presenta las condiciones ideales para el cultivo de uvas pinot noir y chardonnay.
Lichtenstein cultiva principalmente uvas pinot noir y Müller-Thurgau, pero sólo exporta el 1% de sus vinos debido a su producción reducida y exclusiva.
A nivel gastronómico, cuenta con cuatro establecimientos que figuran en la influyente guía francesa de restaurantes Gault et Millau, todo un logro considerando que se trata de un estado diminuto.
Al ubicarse en parte de la cadena montañosa de los Alpes, Liechtenstein es un destino de invierno ideal. Para ello, el resort de esquí de Malbun, ubicado detrás de la cresta de los Alpes del Sur, es conocido por sus pistas, por la garantía de nieve y por el éxito deportivo de algunas de sus estrellas de esquí.
En el verano, se puede aprovechar la red de 400 kilómetros de senderismo para explorar el país y su belleza natural y paisajística.
Liechtenstein, el sexto país más pequeño del mundo, es súper discreto y prometedor. Posee el encanto de la exclusividad para disfrute de sus selectos visitantes. ■