Para un confort sin límites, Las Casitas Village, del Waldorf Astoria Resort, es el lugar ideal para sentirse en casa mientras visita este Estado Libre Asociado de los Estados Unidos.
El complejo cuenta con una pequeña isla privada, un spa de primera clase, un parque acuático en plena playa, habitaciones con vista al mar, servicio de mayordomo y mucho más. Es, sin duda, un lugar para relajarse con comodidad y estilo.
Cuando llega el momento de probar auténticos manjares puertorriqueños, el restaurante La Mallorquina, un centenario lugar fundado en 1848 y restaurado en 2014, debe ocupar el primer lugar de su lista. Situado en San Juan, la capital, sirve langostas, camarones, bacalaítos (buñuelos de bacalao) y sabrosos platos a base de arroz. Otro restaurante muy recomendable es el Marmalade Restaurant & Wine Bar. Ubicado también en San Juan, se especializa en delicias como el risotto de langosta, los mejillones en salsa harissa y el mero en salsa de coco y persimón, todos platos preparados con productos frescos de granjas locales.
Puerto Rico es la isla más pequeña de las Antillas Mayores y posee maravillas ocultas en toda su extensión. Pero si hay algo que la hace única y diferente es que es uno de los pocos lugares del mundo donde, en noches oscuras y en tres de sus bahías, puede apreciarse un fenómeno natural llamado bioluminiscencia: unas luces que resplandecen en el agua emitidas por organismos marinos que reaccionan ante estímulos como el oxígeno, las olas del mar o sólo con que usted agite el agua. También algas de diversas clases añaden color a esta espectacular luminiscencia.
Para vivir esta experiencia imperdible, lo mejor es tomar un tour nocturno en kayak con un biólogo marino que lo llevará por las famosas aguas bioluminiscentes de la Bahía de Puerto Mosquito, en Vieques; de la Laguna Grande, en Fajardo, y de la Parguera, en Lajas.
El paseo inevitable durante el día es caminar por el Viejo San Juan, que brilla cuando el sol baña sus edificios multicolores. Y, por la tarde, no deje de visitar el Castillo de San Felipe del Morro, la fortaleza española que controlaba la entrada al Caribe durante tiempos coloniales.
También le recomiendo que visite el Parque de las Cavernas del Río Camuy y que camine por las cuevas de piedra caliza horadadas por uno de los ríos subterráneos más caudalosos del planeta. Y nadie debe dejar Puerto Rico sin conocer El Yunque, una exuberante selva tropical rica en flora y fauna deslumbrantes con ríos y cascadas.
Puerto Rico es mucho más que una cálida isla del Caribe: es un lugar con maravillas naturales ocultas, instalaciones de lujo y una cocina sobresaliente. ■