Uno de ellos era el escultor sueco Carl Milles y el otro, la pintora austriaca Olga Granner. Al año de su llegada, ambos fueron presentados por un amigo en común, el pintor griego Niki Asprioti, y cinco años después, en 1905, se casaron en Múnich.
Carl Milles, hijo de un oficial del ejército sueco, nació y se crió en Lagga, cerca de Uppsala. No fue muy buen estudiante y acabó dejando pronto los estudios para convertirse en aprendiz de ebanista. Más tarde, asistió a clases nocturnas de artesanía en madera, talla y modelado en la Escuela Técnica de Estocolmo.
En 1897 fue galardonado con una beca de la Sociedad Sueca de Artesanía que le permitió viajar a París, donde comenzó a ganarse la vida haciendo carpintería ornamental mientras estudiaba anatomía en la Escuela de Bellas Artes.
En 1899 tuvo la dicha de que se exhibiera una escultura original suya en el Salón de París, donde continuó exhibiendo cada año hasta 1906, fecha en la que junto a su flamante esposa adquirió una propiedad en un paraje de gran belleza, el acantilado de Herserud, sobre el lago Värtan, en la isla de Lidingö, muy cerca de Estocolmo. Su intención era construir un espacio que albergara su hogar y los estudios de arte de ambos bajo el mismo techo y en el mismo lugar.
La casa, diseñada por el arquitecto Carl M. Bengtsson, fue construida el año 1908. Durante el siguiente medio siglo, Millesgården —como fue llamada la propiedad— fue ampliada y desarrollada en colaboración con el medio hermano de Carl, el arquitecto Evert Milles.
Entre 1911 y 1913 se construyó la primera adición, un estudio al aire libre en forma de un ala logia (galería exterior con arcos sobre columnas, techada y abierta por uno o más lados) destinado a mejorar el ambiente laboral de Carl, pues había contraído silicosis por inhalación del polvo al tallar manualmente la piedra.
A medida que el éxito y los ingresos de Milles aumentaron, compró las propiedades colindantes y construyó una terraza y un nuevo estudio más pequeño que el anterior.
En 1936 Millesgården, se convirtió en una fundación que fue donada al pueblo sueco. Carl Milles falleció en septiembre de 1955, y su amplio legado queda presente en esta preciosa villa rodeada de columnas, arcos de mármol, fuentes y vegetación.
Si bien sus obras más importantes se hallan en los Estados Unidos. En Detroit, por ejemplo, se encuentra su obra Espíritu de Transporte, en el Museo Metropolitano de Nueva York está la Fuente Aganippe, la Universidad de Illinois tiene su Diana y la Fuente de San Martín la tiene Kansas City. En Millesgarden podemos encontrar ejemplares como La Mano de Dios y Los Músicos del Ángel, entre muchas otras.
Si usted es un amante de la escultura al aire libre y de los bellos jardines, en su próxima visita a Estocolmo haga una parada en Millesgården para disfrutar del anhelo concebido y hecho realidad de Carl Milles, un gran artista del siglo XX. ■