Viñedos en Grecia
Desde un punto de vista histórico, Grecia es uno de los países con mayor tradición vitivinícola del mundo, pues fue allí donde las viñas y el vino hicieron su aparición alrededor del año 4.000 antes de Cristo, tras lo cual Dioniso, hijo de Zeus, se convirtió en el dios del vino, al que se le adoraba con grandes fiestas.
En la actualidad, esa tradición ancestral se refleja en sus bodegas, algunas tan valoradas como Ktima Gerovassiliou, localizada en Epanomi, a 25 kilómetros al sureste de Tesalónica.
Grecia tiene una de las mas antiguas tradiciones vinícolas.
Es un hermoso pueblo rural de apenas 9.000 habitantes, rodeado por el mar, con colinas ondulantes plenas de viñedos y una gran cantidad de diferentes tipos de cultivos, algunos de ellos centenarios, en un paisaje idílico.
Ktima Gerovassiliou es la creación de Vangelis Gerovassiliou, un personaje que de no haber nacido tendría que haber sido inventado, pues su genialidad y talento son únicos.
Después de completar sus estudios en la Escuela de Agricultura de la Universidad Aristóteles de Tesalónica, este hombre, que proviene de una familia dedicada a la agricultura, se especializó en enología y viticultura, finalizando sus estudios en la prestigiosa Universidad de Burdeos.
Durante aquellos años, Gerovassiliou trabajó junto al eminente profesor de la Universidad de Burdeos Emile Peynaud, de quien aprendió que, para hacer un buen vino, sobre todo hay que amar el terruño en el que crece la uva.
En 1981 Gerovassiliou comenzó a renovar el viñedo familiar y se decidió a crear la bodega Ktima Gerovassiliou, con lo que dio inicio a la reactivación de unas tierras que se extendían por entonces a 2,5 hectáreas en el área de Papamola, en Epanomi.
Plantó variedades autóctonas griegas, algunas de ellas casi desaparecidas como el limnio, la malagousia, el mavroudi y el mavrotragano, además de otras extranjeras como el syrah, el merlot, el viognier, el chardonnay y el sauvignon blanc.
Hoy estas viñas, propiedad de Vangelis y de su esposa Sonia Tziola-Gerovassiliou, y en un futuro de sus dos hijos, ocupan una extensión de más de 62 hectáreas con cepas que se cultivan con gran cuidado utilizando lo mejor de la tradición y de los últimos avances tecnológicos para producir vinos de alta calidad.
Los dos edificios que forman la bodega se ubican en el corazón mismo de la viña, donde se elabora una gama de 10 vinos diferentes.
Cada año, los mostos Gerovassiliou ganan premios internacionales importantes por su alta calidad y sus excelentes propiedades.
Above: Ktima Gerovassiliou
Below: Vangelis Gerovassiliou y esposa Sonia junto a sus dos hijos y empleados de la bodega.
Además, Ktima Gerovassiliou aparece todos los años en la lista de las 100 mejores bodegas del mundo, mientras una parte importante de su producción se exporta a distintos países europeos, así como a Estados Unidos, Canadá, Japón, Brasil, Australia y Singapur.
Por otra parte, la curiosidad de Vangelis no tiene límites, y su afición y gusto por la tradición vinícola le ha hecho crear un museo en el interior de su bodega con artículos relacionados con la viticultura y la vinificación, además de herramientas de tonelería que desde muy joven se empeñó en coleccionar. Entre éstas, merece la pena mencionar una colección de más de 2.600 sacacorchos de todas las épocas.
Vangelis Gerovassiliou atendiendo sus viñas.
Gracias al trabajo constante y a su veneración por elaborar buenos vinos, Ktima Gerovassiliou constituye una firma familiar que ha conseguido alzarse en lo más alto del podio de las grandes bodegas europeas y del mundo.
Fotos: Ktima Gerovassiliou■