Exquisitos vestidos, extravagantes sombreros, zapatos capaces de exaltar el corazón de cualquier mujer, son algunas de las prendas que conforman la impresionante exhibición Isabella Blow: Fashion Galore!, que pone al alcance del público una de las colecciones de moda más admiradas de la historia, al tiempo que celebra la vida y honra la muerte de Isabella Blow.
ISABELLA BLOW.
Nacida en Inglaterra en 1958 con un sentido natural del estilo, Blow comenzó su carrera en el mundo de la moda como asistente de Ann Wintour, directora de la edición de Vogue en Estados Unidos. Su ojo experto para las prendas de vestir que marcarían tendencia le valió su rápida e imparable escalada en la escena fashionista de Gran Bretaña y, más tarde, del mundo entero. Durante la década de 1980, Blow regresó a Inglaterra para trabajar con Michael Roberts, por entonces el director de moda de Tatler y Sunday Times Style. Más adelante, ella misma sería la directora de moda de Tatler, y posteriormente se convertiría en consejera para DuPont Lycra, Lacoste y Swarovski.
La muestra Isabella Blow: Fashion Galore!, que estará abierta al público en el Summerset House de Londres hasta el 2 de marzo del 2014, es un recorrido por la vida de la editora y musa de la moda, quien impulsara la industria de la haute couture británica hasta niveles jamás esperados. Ícono de la moda de Gran Bretaña a Nueva York, Isabella Blow también fue responsable de lanzar carreras de diseñadores como Hussein Chalayan, Alexander MacQueen, Julien Macdonald y Phillip Treacy, entre otros.
Isabella Blow: Fashion Galore! es mucho más que una exhibición: es su biografía escrita con sus prendas de vestir; es el recuento histórico de una vida que fue tan colorida como trágica. De hecho, el enfoque y curaduría de la exposición ya sorprenden en sí mismos, dejando a los diseñadores de lado y otorgando el brillo del reflector a una de las fashionistas más reconocidas a nivel internacional.
En la exposición se encuentran sus alocados sombreros, sus audaces e icónicas piezas de joyería, sus conjuntos respetuosamente reproducidos. El toque nostálgico, sin embargo, parece entretejerse con el ánimo festivo de la muestra. Cada prenda, llena de vida y color, recuerda inevitablemente la solitaria vida y la trágica muerte de Blow, quien tras varios intentos, se suicidó en el 2007. Y aunque esta carga melancólica y adversa de su vida no haya sido obviada durante la muestra, en cada rincón aparece un objeto, un detalle, una pista que nos abre la puerta hacia su intimidad, dejándola —paradójicamente— completamente desnuda. Su lápiz labial usado, algunas cartas, su agenda telefónica escrita con tinta rosa, notas de agradecimiento que los invitados a sus fiestas le dedicaban… Es tarea del espectador preguntarse qué, en realidad, significa cada uno de estos objetos.
La exhibición se divide en varios capítulos, comenzando con una breve introducción sobre la vida aristocrática que Blow vivió durante sus primeros años. Posteriormente, y siguiendo un estricto orden cronológico, prosigue con una breve colección que reúne aquellas primeras piezas de McQueen y Treacy que Blow eligió como editora de moda. Sin embargo, no es sino hasta que la colección personal de Blow aparece en escena que Isabella Blow: Fashion Galore! empieza a cobrar sentido con mayor solidez. Aquellas prendas que la vistieron, definieron y enaltecieron aparecen poco a poco, preparando al espectador para un festín de formas y colores. ■