La diseñadora Diane Von Furstenberg en una ocasión llamó a Rosenthal “el Fabergé de nuestro tiempo”, y muchas de sus codiciadas piezas han sido adquiridas por personalidades como Elle Macpherson, Barbara Walters, Ann Getty, Mary Pinault, Marella Agnelli y la princesa Firyal de Jordania.
La exhibición Jewels by JAR cuenta con más de 400 piezas creadas por uno de los diseñadores de joyas más aclamados de los últimos 35 años. Esta muestra resulta especial, pues es la primera dedicada por el MET a un artista de joyas contemporáneo. También es la primera retrospectiva del trabajo de JAR en los Estados Unidos, ya que la única exhibición similar fue la realizada en el centro de arte Somerset House, en el corazón de Londres, en el 2002.
Para esta ocasión se han seleccionado las mejores piezas de Rosenthal, todas hechas con la más exquisitas gemas, piedras preciosas como diamantes, zafiros, topacios, turmalinas o citrinas, en una original combinación de contrastantes colores.
La posibilidad de admirar las 400 piezas de este exclusivo joyero, que reside en París, es sin duda un privilegio. Rosenthal es un hombre tímido, que prefiere mantenerse alejado de los focos y la prensa. Tal vez por eso se ha dedicado en cuerpo y alma a la creación de joyas únicas, de las que sólo produce entre 70 y 80 por año. Por su elaborada técnica de pavé y su preferencia por las formas orgánicas en sus piezas, las joyas de JAR son altamente cotizadas en las grandes subastas. La figura de Rosenthal, que el tiempo y el misterio se han encargado de convertir en leyenda, sólo se deja ver a través de su obra, de esmerada artesanía y reconocida exclusividad.
Dicen que la belleza de las mariposas es efímera. Que despliegan todo su encanto en vuelos que inevitablemente las llevan a una muerte certera. Pero la belleza encerrada en una mariposa de JAR seguirá viva eternamente. Así sucede con cada joya de este talentoso y enigmático creador. ■