Matisse, en busca de la verdadera pintura es el título con el que termina 2012 el Museo Metropolitan de Nueva York. Abre el 4 de diciembre y se prolongará hasta mediados de marzo.
Matisse (1869-1954), uno de los artistas de la primera mitad del s.XX que más reconocimiento tuvo fue, durante toda su carrera artística, un aprendiz al llevar a cabo un diálogo permanente con sus trabajos “acabados”, en un intento de ahondar siempre más en la verdad de la obra de arte.
¿Qué buscaba? Soluciones a problemas como la forma de tratar la luz, el manejo de la perspectiva y la selección de colores.
De su época de estudiante data el conocimiento de la técnica de pintar composiciones de manera repetitiva. Es una técnica académica que sigue utilizándose, se aprende copiando las obras de los grandes maestros del arte y se perfecciona por repetición. Matisse la empleó a partir de su propia obra tanto como a partir de los maestros del arte que le precedieron y de la obra de sus contemporáneos.
Su pintura era la herramienta mediante la cual medía su progreso como artista. Ahí radica su necesidad de repetir los mismos motivos y esquemas pictóricos, utilizando diferentes técnicas, estilos y colores.
La utilización de esta técnica repetitiva caracteriza la obra de Matisse, fundamentalmente en el periodo de 1900 un 1910. Puede apreciarse, por ejemplo, en obras como Joven marinero I y Joven marinero II (1906) y en El lujo I y El lujo II (1907 y 1908, respectivamente).
HENRI MATISSE. 1. Joven marino I, 1906. / 2. Joven marino II, 1906.
HENRI MATISSE. 1. Le Luxe I, 1907. / 2. Le Luxe II, 1907-08.
Un segundo periodo importante en la pintura de Matisse puede situarse a partir de los años 1916-1917. Aquí ocurre una reorientación fundamental del artista, que abandona las limitaciones de la pintura de dos en dos, e inicia una serie motivado por el erotismo: Laurette con manto verde (1916); Laurette sentado en un sillón rosa (1916); La meditación (retrato de Laurette) (1916-1917). En estos años se renueva su interés por el impresionismo.
Un tercer periodo podría situarse a partir de 1930. Matisse contrata a un fotógrafo para documentar el proceso en ciertas pinturas. Está claro que el resultado pudo haberle sorprendido pero, sobre todo, le sirvió de gran estímulo.
En diciembre de 1945, seis pinturas recientes de Matisse fueron exhibidas en la Galerie Maeght de París. A cada lienzo se le yuxtaponen grandes fotografías enmarcadas que documentan su evolución. Las fotografías no son representaciones de obras relacionadas, sino que trazan la evolución de la tela a la que acompañan. Matisse aprovechó la oportunidad para poner su proceso en la pantalla y, al hacerlo, disipó la noción de que trabajó de manera espontánea. Insistió en que el único punto de la exposición es presentar «el desarrollo progresivo de las obras de arte a través de sus respectivos estados distintos a conclusiones definitivas y señales precisas». Al aceptar hacer públicas las fotografías, Matisse reconoció tácitamente que su presencia añade a los espectadores comprensión y apreciación de su obra.
Matisse era consciente de que el proceso forma parte de la obra de arte, que no es sólo el lienzo terminado.
HENRI MATISSE. 1. Escultura y jarrón con hiedra, 1916. / 2. Escultura y jarrón con hiedra, 1916-17.
En los últimos años de su vida, vive un proceso de redescubrimiento y deslumbramiento con las posibilidades y el progreso que ha vivido su obra a lo largo de toda su carrera artística. En 1948 escribe emocionado sobre el trabajo que está haciendo y que será expuesto en Nueva York al año siguiente. De 1948: Interior con una cortina de Egipto, Interior negro con helecho, Interior rojo grande.
Matisse, en busca de la verdadera pintura, expondrá 49 lienzos y dedicará tres paredes a la exposición que exhibió la Galerie Maeght en Francia en 1945, junto con las fotografías que acompañaron la muestra. ■
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