En muestra de que la colaboración entre ambas instituciones culturales marcha muy bien y va a seguir adelante, el cuadro de Van Gogh Portrait of a Peasant, fue cedido por el Norton Simon Museum de Pasadena, California, a la Frick Collection de Nueva York hasta enero del 2013. Esta iniciativa de cooperación se ha mantenido ininterrumpidamente desde el 2009 con un intercambio mutuo de valiosas piezas durante meses, como fue el caso de la obra del alemán Memling Portrait of a Man, del francés Ingres Comtesse d’Haussonville y ahora del Van Gogh Portrait of a Peasant.
La obra cedida a la Frick Collection fue realizada por Van Gogh en Agosto de 1888, en la ciudad francesa de Arles, Francia provenzal, donde por aquel entonces vivía el artista. La pintura refleja al ciudadano Patience Escalier y forma parte de otras pinturas sobre Arles que incluyen a un poeta, a un soldado y a su famoso cartero. Van Gogh estaba cautivado con aquella ciudad francesa, a la que consideraba exótica por sus dialectos y por sus costumbres tan diferentes al resto de las ciudades francesas, además de ser poseedora, en su opinión, de una luz intensa y penetrante, algo que comentaba en numerosas cartas a su hermano Theo, marchante de arte de París.
Quienes visitan la sala Oval del Frick Museum, donde se encuentra temporalmente el cuadro de Van Gogh, tienen la oportunidad de ver además fotografías y apreciar con sumo detalle el estudio del cuadro. Por otro lado, éste ha sido objeto de un elaborado estudio de cinco días en los laboratorios Getty, del Getty Museum de Los Ángeles, antes de llegar al Frick Museum. Allí fue examinado por un grupo de especialistas que han hecho posible un mayor entendimiento de esta maravillosa pintura, estudio que el Frick ha dado a conocer al público a través de un video presentado por Susan Grace Galassi, curadora del museo.
Dicho estudio ha pretendido llegar a conocer más el proceso de elaboración meticuloso y pensado de esta pintura, y se enfoca en particular en la pequeña firma roja del lienzo.
Van Gogh era considerado en aquel entonces por sus vecinos, como un hombre amargo, muy extraño y, hasta para muchos, un lunático, un artista con muchas caras y facetas que no sabía controlarse a sí mismo. Sin embargo, el estudio realizado por los laboratorios Getty pone de manifiesto lo contrario: que si que tenía el control de sí mismo, que su brocha estaba estudiada y que su firma es detallista y precisa.
Pese a que el cuadro no había abandonado el Norton Museum desde hace más de 40 años, el paso del tiempo no ha dañado la pintura, y si bien es cierto que hay partes más tenues, los colores siguen siendo brillantes, reflejo del periodo de Van Gogh de aquel entonces.
Localizado en el número 1 East de la calle 70 de Manhattan, Nueva York, en una zona exclusiva y dentro de un edificio impresionante, el Frick Museum era el opulento palacete Henry Clay Frick House que se construyó entre 1913 y 1914. Reformado en 1930 para adaptarse al uso público, abre sus puertas el 16 de diciembre de 1935 y actualmente es uno de los museos que posee en su colección, repartida por sus seis galerías, el mayor número de pinturas antiguas, esculturas y muebles de estilo francés de los Estados Unidos.
Carol Togneri, curadora del Norton Museum, y Colin B. Bailey, director de Frick, han pretendido con esta colaboración hacer posible que, de manera directa, tanto los habitantes de Nueva York como sus visitantes puedan apreciar el poder y la fuerza de esta pintura que domina por completo la Sala Oval del Frick Museum. ■