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Cocinar caldos, sopas y guisos siempre me da la sensación de ser una diosa de la vida doméstica. Debe de ser porque me parece que las sopas están entre las más rudimentarias y básicas de todas las creaciones culinarias. Hay algo místico en poner una olla en el fuego, llenarla de hortalizas, hierbas y caldos y dejarlo cocer todo a fuego lento. Las sopas resultan reconfortantes y familiares. Son como alimento para el alma.
A menudo, cocino sopas los domingos por la tarde como una forma de limpiar mi nevera y comenzar la semana de nuevo. Utilizando verduras ligeramente marchitas y hasta sus tallos y hojas para hacer un caldo básico, consigo las creaciones más sabrosas. Así evito utilizar montones de crema de leche o toneladas de sal. Setas, coliflor, brócoli y tallos de espárragos, son verduras con un sabor excepcionalmente profundo. No es muy complicado hervir un poco de agua con un puñado de granos de pimienta, una hoja de laurel y todos esos ingredientes que de otra forma acabarían en la basura.
Algunas sopas son ideales para servir frías, otras deben servirse calientes y las hay que resultan bien a cualquier temperatura. En los meses de verano, siempre tengo un lote de sopa fría en la nevera que comemos casi todas las noches cuando no salimos a cenar.
Puede parecer que las sopas calientes y consistentes sólo se pueden tomar en invierno pero la verdad es que me encantan en las noches de verano en cuanto el sol se pone y la brisa marítima comienza su ascensión. Acabar el día con una sopita caliente se convierte en un ritual glorioso y reconfortante. Me divierte crear sopas contundentes con aderezos potentes como camarón, cangrejo a la plancha, chutney, mango, unas cucharadas de yogurt o pan frito.
Para las grandes ocasiones, incluyo ingredientes de lujo como la langosta a la parrilla o una cucharada de caviar. Para cenas de diario, no hay nada que resulte más delicioso que una sopa acompañada de una rebanada de pan con mantequilla o un pan tostado flotando con un huevo escalfado encima. Así lo convertimos en un menú con propiedades relajantes, y sobre todo muy nutritivo.
Una de mis comidas preferidas es la sopa de camarón o de cangrejo al curry, seguida de una ensalada verde y quesos. A menudo recurro a este menú en Palm Beach, en el apogeo de la temporada alta cuando ya todo el mundo está cansado de pollo y chuletas de cordero. También lo hago en Southhampton en invierno, cuando nos reunimos alrededor de la chimenea para una cena íntima.
No soy fan de servir sopas calientes al inicio de las fiestas. Para cuando la gente se sienta, la sopa está templada o tibia. Hay que contar con soperas y cucharas de servir. Es una buena inversión incluso si no es de las que hacen sopas a menudo, puesto que la sopera puede utilizarse como un elegante centro de mesa decorada con flores o frutas.
Sopa de espárragos blancos y verdes
En cuanto llega la temporada de espárragos blancos me da por hacer este plato. Por supuesto, lo hago con mucha frecuencia con espárrago verde en primavera. Si quiere añadir un toque extravagante, sólo ha de añadir un chorrito de aceite de trufa. Para cenas elegantes, hago ambas versiones y las sirvo juntas en la sopera. Los colores se mantienen separados hasta que lo remuevo para servir. Resulta deslumbrante. El toque definitivo es añadir trocitos de pan hechos en mantequilla o astillas de jamón serrano crujiente.
Ingredientes [6 porciones]
3 libras de espárragos verdes o blancos, cortados, pelados y sin tallos
5 tazas de caldo de verduras casero
2 cucharadas de mantequilla
2 cucharadas de aceite de oliva
1 puerro, cuidadosamente lavado y cortado en rodajas (sólo la parte blanca)
1 patata pequeña, pelada y cortada en cubitos
½ taza de crema de leche
Sal y pimienta blanca
En una olla grande a fuego medio mezcle el caldo, los tallos y las pieles de los espárragos y cocine a fuego lento hasta que estén muy tiernos (unos 30 minutos). Colar con un colador fino y desechar los restos sólidos. Reserve. En otra olla, calentar el aceite y la mantequilla a fuego medio-alto hasta que esté espumoso. Añadir el puerro y saltear hasta que esté blando. Añadir la patata, los espárragos y 4 tazas de caldo de espárragos, sazonar con sal y pimienta blanca. Reduzca el fuego y cocine a fuego lento hasta que las papas y los espárragos se vuelven tiernos (unos 20 minutos). Pase todo por la licuadora hasta que quede suave y después pase por el pasapurés. Añadir la crema de leche. Enfríe en el refrigerador hasta que esté listo para servir.
Potaje de berros
Dicen que el berro picante crece en una orilla del río mientras que el dulce, el que todos adoramos, lo hace en la otra orilla. Desde siempre he recolectado berros en las orillas del río pero antes era demasiado joven para apreciar su sabor. Cuando reflexiono sobre ello, creo que alguna vez he probado berros picantes. Sin embargo, en el mercado sólo hay berro dulce. El berro da a la sopa un enorme sabor y una gran brillantez y se presta a todo tipo de aderezos. Es maravilloso con nata o con crema agria.
Ingredientes [6 porciones]
1 patata amarilla, pelada y cortada en cubitos
1 cebolla amarilla, pelada y cortada en cubitos
6 tazas de caldo de pollo hecho en casa
½ taza de crema de leche
4 tazas de berros frescos, sin tallos
Sal y pimienta recién molida
En una olla grande a fuego mediano, mezcle la patata, la cebolla, el caldo y la crema de leche y sazone generosamente con sal y pimienta. Lleve a ebullición y cocine a fuego lento hasta que las verduras estén tiernas, unos 15 minutos. Agregar el berro y cocinar hasta que esté suave, unos 3 minutos más. En una licuadora, en tandas, triture la sopa hasta que esté suave; pasar por un tamiz medio. Enfríe en el refrigerador hasta que esté listo para servir.
Sopa de Calabacín
El calabacín es un ingrediente fantástico para todo el año por su delicado sabor, su disponibilidad a lo largo de la temporada y su precio. A mí me encanta frito, a la plancha, en salsa, al vapor y al horno. Es una verdura que se presta a todo tipo de preparación. En invierno, suelo usarlo como relleno de la lasaña de verduras (sustituyendo a la crema de espinacas) o como acompañamiento del pescado. En la sopa que les propongo a continuación, la cebolla y el calabacín están ligeramente dorados para acentuar la profundidad de su sabor. Después los hago puré para lograr la consistencia deseada. Si el plato es para niños, suelo añadir un puñado de arroz para hacerlo más rico y cremoso. Se puede servir caliente o frío.
Ingredientes [8 porciones]
4 cucharadas de aceite de oliva
1 cebolla amarilla, pelada y en rodajas
2 dientes de ajo picados
1 cucharada de pimienta roja
4 libras de calabacín, cortado en cubitos
4 tazas de caldo de pollo hecho en casa
½ taza de hojas de albahaca fresca, picada
Sal y pimienta recién molida
En una sartén grande, caliente el aceite de oliva a fuego medio. Agregue las cebollas y el ajo y sofría hasta que estén suaves y translúcidas. Añada las hojuelas de pimiento rojo y revuelva. Añada el calabacín picado y revuelva. Agregue el caldo de pollo, suba el fuego y deje hervir. Baje el fuego y cocine a fuego lento hasta que las verduras estén tiernas, unos 20 minutos. Páselo por la licuadora hasta que quede un puré suave y sazone con sal y pimienta al gusto. Enfríe en el refrigerador hasta que esté listo para servir. Agregue la albahaca antes de servir.
Sopa de Senegal, estilo británico
Esta sencillísima sopa de curry a base de crema es perfecta para cualquier época del año. Se puede servir adornada con pollo picado, camarones a la parilla, o chutney de mango envasado. Utilice caldo de pollo hecho en casa y si no es posible, opte por un caldo comprado pero de muy buena calidad. Preferiblemente orgánico y bajo en sodio.
Ingredientes [8 ó 10 porciones]
¼ taza (4 cucharadas) de mantequilla
2 cucharadas de curry en polvo
2 cucharadas de harina
1 cuarto de caldo de pollo hecho en casa o en envase orgánico, bajo en sodio
El jugo de dos limones
1 taza de crema de leche
Sal y pimienta blanca
En una olla grande a fuego medio-alto, derrita la mantequilla. Añada el curry en polvo y revuelva hasta que el curry suelte su fragancia. Agregue la harina y mezcle bien. Agregue el caldo de pollo y deje hervir. Baje el fuego y cocine a fuego lento durante unos minutos para espesar. Agregue el jugo de limón y retire del fuego. Deje enfriar un poco agitando de vez en cuando para evitar que la mezcla forme una costra. Añada la crema de leche y sazone con sal y pimienta blanca. Enfríe en la nevera hasta que esté listo para servir.
Sopa de salmón ahumado
Fue mi hermana Silvia, que es una cocinera maravillosa, quien me dio esta receta. La he venido haciendo regularmente desde entonces, con muy buenas críticas. Es rica, cremosa y elegante, el comienzo perfecto para una cena elegante. Creo que una sopa merece un segundo plato abundante, si no por su contenido, definitivamente en el gusto y el sabor. Sirva este plato seguido de un filete de carne de res o de pollo asado.
Ingredientes [6 porciones]
¼ taza (4 cucharadas) de mantequilla
4 puerros (sólo la parte blanca) lavados y cortados en rodajas
2 dientes de ajo, pelados y picados
2 cuartos de pescado o caldo de mariscos
1 patata grande, pelada y cortada en cubitos
½ libra de salmón ahumado, cortado en trozos de 1 pulgada
3 tazas de crema de leche
Sal y pimienta blanca
En una olla grande, a fuego lento, derrita la mantequilla. Añada el puerro y el ajo y sofría hasta que estén suaves, con cuidado de que no se doren. Agregue las papas y el caldo. Cocine a fuego lento durante unos 20 minutos, hasta que la patata esté totalmente suave. Retire del fuego y deje enfriar hasta que ya no salga humo. Agregue el salmón ahumado. En una licuadora y en tandas, haga el puré hasta lograr una textura suave (utilizando un mezclador conseguirá una textura más fina que en el procesador de alimentos). Sazone al gusto con sal y pimienta blanca. Incorpore la crema de leche y enfríe en la nevera hasta que esté listo para servir. Adornar con cebollino picado, chutney de mango, caviar de salmón o salmón ahumado en dados. ■