Paseando junto al canal por una encantadora calle flanqueada por una hermosa arboleda, y antes de pasar por las puertas de hierro de Keizersgracht 384, se llega a un patio lleno de flores que da la bienvenida al vestíbulo del Hotel Dylan. La mayoría de los huéspedes no se dan cuenta al llegar de que están entrando en uno de los lugares más históricos de Ámsterdam.
Inaugurado en 1613 como el teatro Duytsche Academie, fue escenario de cientos de actuaciones que entretuvieron a las personalidades más célebres de la época, como el rey de Polonia, el zar de Rusia y el Elector de Brandeburgo. Hasta Antonio Vivaldi dirigió la orquesta del teatro en su centenario, y fue precisamente en el Duytsche Academie donde se presentó la primera actuación femenina del país. Trágicamente, el lunes 11 de mayo de 1772 se prendió durante una función un incendio que destruyó el teatro de madera completo y causó la muerte de once personas.
En la actualidad, todo lo que queda de ese teatro histórico es la puerta del Hotel Dylan, hoy un establecimiento boutique de 40 habitaciones que combina todo el lujo del viejo mundo de Ámsterdam con las comodidades modernas que los viajeros esperan. Pisos y salas de mármol, exquisitas orquídeas de colores y un personal súper amable reciben a los huéspedes a la entrada, mientras que las paredes con paneles de madera, la tapicería de cuero y un una chimenea siempre encendida en el salón les brinda un calor acogedor y relajante después de un largo día explorando la ciudad.
En 1773, la Iglesia Católica Romana compró la propiedad con el fin de hornear pan para los residentes ancianos y pobres. Hoy en día, esos mismos hornos de pan adornan el restaurante francés contemporáneo del hotel, el Vinkeles, de siete mesas y con una estrella Michelin. Su Chef, Dennis Kuipers, es conocido por creaciones como la paloma de Anjou con moras y las Pommes Tsarine con crema fresca y caviar. Para comer en un ambiente más informal, el Bar Brasserie OCCO sirve un delicioso y sencillo menú desde la mañana hasta la noche.
El Dylan es perfecto para salir a descubrir Amsterdam. Ubicado en el corazón del distrito del canal, sus calles adyacentes ofrecen una variada multitud de boutiques, cafés y tiendas de regalos. A muy poca distancia, se encuentran también Envy, un elegante restaurante galardonado con una estrella Michelin; el Seafood Bar, un moderno restaurante de mariscos, y Bussia, un exclusivo bistró italiano.
Muy cerca de allí está también la P.C. Hooftstraat, la calle comercial más exclusiva de Amsterdam, con boutiques como Chanel, Louis Vuitton y DKNY, mientras que su vecina, la Van Baerlestraat, alberga marcas como Vanilia, Gant y Miss Sixty. Famosos diseñadores holandeses como el gurú de lencería Marlies Dekkers han establecido su «hogar» en Cornelis Schuytstraat. Por último, a tan sólo unos 10 minutos del hotel, caminando a pie, el visitante llega a destinos turísticos tan populares como la Casa de Ana Frank, el Museo Van Gogh y el Museo Rijksmuseum.
Otra excelente opción, especialmente para los más energéticos, es explorar la ciudad como los holandeses y alquilar una bicicleta en el mismo hotel o en alguno de los numerosos locales que las ofrecen alrededor de la ciudad. Sin embargo, en mi opinión personal, la mejor manera de ver la hermosa capital holandesa es desde el agua. Además, es tan fácil encontrar sitios que ofrecen estos recorridos por el canal como los que alquilan bicicletas. ¡Los hay por todas partes! El Dylan Amsterdam tiene su propio barco/salón «The Muze». El capitán Nico guía a los visitantes a través de los canales en un tour privado de hora y media, mientras que el restaurante Vinkeles abastece al barco, ¡Una experiencia verdaderamente excepcional! ■