El paisaje sorprende. Zona portuaria de Buenos Aires con grandes depósitos fiscales. Alto tránsito de camiones pesados, cargas y maquinarias que se mueven bajo la atenta mirada de las casetas de vigilancia. A un costado, y contenido por las vías del ferrocarril, se alza un conjunto gris de viviendas muy humildes. Estamos a apenas unas 20 cuadras del moderno centro de la capital argentina, pero parece estar lejos, muy lejos de todo. Inesperado paisaje para la instalación y presentación de una innovadora muestra de arte moderno.
Arte por bienes y servicios
Este fue, precisamente, el lugar elegido por el novedoso concepto en exposiciones de arte nacido en Bélgica denominado “Art & Swap”. La iniciativa es simple e impactante. Se trata de intercambiar las obras de arte expuestas por bienes y servicios propuestos por el público. Durante el evento, las propuestas se sumaban en Post-it adheridos al lado de cada obra. Más tarde, el artista elegía aquellas que más se ajustaran a sus requerimientos y se procedía al feliz intercambio.
Art & Swap es conocido a nivel mundial como Art Truc Troc, concepto belga que ya se ha convertido en un evento de culto.
Art & Swap es conocido a nivel mundial como Art Truc Troc, concepto belga que ya se ha convertido en un evento de culto. Logra reunir en cada presentación a cada vez más a artistas consagrados y emergentes de todas las disciplinas con un público ávido de acceder a sus expresiones creativas.
[more-links]El Ministerio de Asuntos Exteriores y la embajada de Bélgica en Argentina apoyó activamente la primera presencia de Art & Swap. En la presentación de prensa realizada en la residencia oficial del señor embajador belga Patrick Renault, se expuso que el arte puede abrir un inmenso abanico de oportunidades, a veces sorprendentes, porque exceden su propio universo. Considerando, por tal motivo, que la diplomacia cultural es de vital importancia en las actuales relaciones internacionales.
Obras que quedan y cambian el paisaje
Ahora, en el anodino paisaje portuario se alza una pared de más de 600 metros cuadrados intervenida por el artista belga Spear quien, fusionando color y arte, usó más de 200 litros de pintura para retratar a una líder de la cooperativa de reciclaje local y a una niña, hija y nieta de vecinos de la zona.
Es así que el antiguo depósito portuario pasó a ostentar la colorida denominación de Polo Cultural Saldías. Las paredes grises lucen ahora exquisitas muestras de arte callejero y murales, creando en su conjunto un camino colorido que logra conectar a ese rincón gris y casi olvidado de la ciudad convirtiéndolo en un espacio vibrante de arte, cultura e integración.
La convocatoria reunió a decenas de artistas emergentes y también consagrados de origen belga y argentino bajo la curadoría de Helena Heukeshoven, Matt Fox-Tucker y la argentina Ana Martínez Quijano, con la activa participación de la arquitecta Claudia Varela. ■