En el peor momento de la catastrófica sequía que asoló Kenia en el 2011, un grupo de kenianos activistas recurrieron a la internet en busca de apoyo local e internacional para socorrer a los hambrientos. Recaudaron una cifra récord de US$5,28 millones en tan solo 10 días, sobrepasando la meta que se habían fijado de conseguirlo en un mes y convirtiéndose en una guía a seguir sobre el poder de las redes sociales para hacer el bien.
Es uno de los muchos casos en que la comunidad keniana de Twitter, abreviada como #KOT, ha salido al rescate de los desamparados, convirtiéndose así en un ejemplo para el resto del mundo.
Kenia se destaca por tener los usuarios de Twitter más activos de África, de acuerdo a sus twits contabilizados geográficamente. Esto se debe en gran parte a una elaborada infraestructura de TICs (tecnología de la información y la comunicación) que ha intensificado la penetración del internet. Como Twiter se ha convertido en la principal fuente de información de las redes, #KOT se ha volcado en exponer problemas sociales o en defender al país de difamaciones globales.
Un buen ejemplo de esto fue cuando el expresidente de Estados Unidos Barack Obama anunció su visita a Kenia, y la cadena de noticias CNN se refirió a este país como el caldo de cultivo del terror. Los kenianos tuiteraon sus respuestas con el hashtag #someonetellCNN (que alguien le cuente a CNN), hashtag que se convirtió en tendencia durante días.
La comunidad de Twitter keniana ha mostrado la misma pasión a la hora de demostrar su apoyo a los necesitados, como por ejemplo hizo cuando un estudiante universitario diagnosticado con un tumor cerebral necesitaba US$10.000 para ir a la India y ser operado. Crearon el hashtag #1milliforJadudi (1 millón para Jadudi) para buscar ayuda mundial y lograron recaudar US$60.000 en dos días.
Esta tendencia de conseguir ayuda a través de Twitter ha conseguido recaudar fondos para ayudar a víctimas de incendios, los enfermos y quienes carecen de recursos para costearse su educación en un país donde la mayoría de personas todavía vive por debajo de la línea de pobreza.
El experto en redes sociales Mark Kasimba opina al respecto: «El altruismo mostrado por los kenianos en Twitter ha tenido un grado de éxito notable. Tradicionalmente, el dinero destinado a la beneficencia terminaba en los bolsillos de gente inescrupulosa, incluso cuando las victimas seguían sufriendo. Por eso en África las donaciones eran cada vez más raras. Ahora esta situación ha cambiado.», dice Mark, que alaba la tecnología porque promueve la transparencia.
En el caso de las campañas que recaudan fondos para combatir el hambre de los kenianos, el apoyo de instituciones reconocidas como la empresa de telecomunicaciones Safaricom y la Cruz Roja de Kenia reforzó la confianza de la comunidad. El hashtag #KenyansforKenya (kenianos para Kenia) atrajo y continua atrayendo a gobiernos, inversores y académicos a sumarse a la tendencia filantrópica imperante, que fomenta la transparencia y la honestidad.
«Como Twitter es instantáneo, todo el mundo puede informar si ha habido cualquier trampa o uso indebido de los recursos durante la campaña contra el hambre, y esto es lo que logró que hasta el último céntimo recaudado fuera a parar a los necesitados. Es una campaña que ha inspirado una avalancha de actividades filantrópicas en Kenia y más allá» dice Dorothy Mtimbwa, del Ministerio de tecnología de la información y las comunicaciones de Kenia. Estas actividades incluyen fondos para crear un centro para pacientes con cáncer en las zonas rurales de Kenia y para becas con países vecinos como Ruanda, Uganda y Tanzania.
Con la tecnología expandiéndose cada vez más y los problemas del mundo acumulándose, la tecnología de la información y las comunicaciones ha adquirido un rol crítico a la hora de promover el arte de dar, y Kenia está colaborando en gran manera con esta tendencia. ■