La célebre artista y escultora francesa Louise Bourgeois (1911-2010) tuvo su primera exposición retrospectiva a los setenta y un años en el Museo de Arte Moderno. Bourgeois siguió trabajando hasta bien entrados los noventa años, dejando tras de sí un legado de siete décadas de arte que representa tanto su pasado como su presente.
El lector quizás conozca sus esculturas de araña de bronce y acero (odas a su madre) en las que el cuerpo de la araña se sostiene sobre unas patas gigantescas pero frágiles. O sus Celdas, refugios emocionales de estructuras variadas, con colecciones de objetos, tapices y esculturas que evocan lugares seguros para nuestras ansiedades y miedos.
Una celebración del trabajo de toda su vida vuelve a Nueva York, en forma de exhibición en el MoMA, titulada: Louise Bourgeois: An Unfolding Portrait.
Aquí, el visitante podrá descubrir aspectos poco conocidos de las prácticas artísticas de Bourgeois, antes de que se centrara definitivamente en la escultura.
La organizadora de la exposición, Deborah Wye, ha profundizado en la primera etapa artística de Bourgeois, combinando grabados poco conocidos y libros ilustrados, con secciones temáticas de esculturas, dibujos y pinturas, que “exploran los motivos de la arquitectura, el cuerpo y la naturaleza” y contienen “investigaciones sobre la abstracción”.
La joya de la corona se encuentra en la galería Marron Atrium: Araña, perteneciente a la serie Celdas que Bourgeois creó en las dos últimas décadas de su carrera y la única de sus sesenta y dos Celdas en incluir el motivo de la araña.
Con sus 4,5 metros de altura, la araña de acero se agacha sobre una celda, sus rejas separan el mundo interior de la audiencia y su puerta permanece entreabierta. En el interior, la tapicería de una silla parece desplegarse como una flor, mientras otra tapicería, menos vívida y más gastada, cubre secciones de la celda, significando la reparación y restauración propia a través del arte.
Otro sector de la exposición muestra pinturas que trazan la afinidad sin inhibiciones de Bourgeois por el sexo opuesto. Sus obras erotizan, representando cuerpos de edades en las que los jóvenes creen que el sexo se ha agotado.
La audiencia también puede experimentar la época de Bourgeois como grabadora, encontrando el motivo de araña ya en papel, antes de que se dedicara casi exclusivamente a la escultura. Incluso su uso familiar de la espiral como símbolo de emociones estranguladas y retorcidas aparece esporádicamente en su repertorio más antiguo.
Una versión más romántica de la autora se expone en la galería Dia: Beacon. La obra The couple es una ejemplo sin filtros e inherente de la libertad de expresión.
En An unfolding Portrait, el MoMA expone obras anteriores a esas imágenes con piezas como Spiral Woman.
La investigación realizada por el museo MoMa expone las principales obras de Louies y expresa todo su vocabulario imaginativo. Toda una vida de emociones abstraídas del contexto.
Louise Bourgeois: An Unfolding Portrait se presenta desde el 24 de septiembre al 28 de enero del 2018.
A lo largo del año, se pueden apreciar esculturas muy importantes del trabajo de Bourgeois en la galería Dia: Beacon y el museo Mass Moca. ■