Cuando la mayoría de los viajeros amantes del arte y sedientos de cultura llegan a un museo, lo que buscan primero son las obras en exhibición. Si bien es innegable que la Mona Lisa puede tal vez ser el centro de atención del Louvre, la verdad es que se puede descubrir mucho más si se presta atención a cómo están dispuestas las piezas del museo. Los espectadores realmente se pierden una gran experiencia cuando no se fijan en el modo en que los curadores configuran el espacio. Descubre qué experiencias jamás debes dejar pasar cuando visites un espacio cultural.
Para describir la importancia que la curaduría tiene en un museo, nada como el Guggenheim de Nueva York, que llevó a cabo un ejemplar estudio con obras como The Cremaster Cycle, de Matthew Barney, un artista visual que tomó el museo como telón de fondo, mostrando a los espectadores la importancia del espacio y de la disposición de la pieza para comprender el sentido de la misma.
Los curadores son quienes orquestan estas experiencias culturales logrando que, al llegar a una exposición, te encuentres en medio de un relato que han creado ellos mismos utilizando varias obras de arte.
Los curadores son piezas claves en todo tipo de museos y galerías, desde los de historia natural hasta los dedicados al arte moderno. Todas las salas de exhibición requieren que alguien organice ese espacio, y esto se ha vuelto especialmente importante actualmente dada la globalización actual, que también afecta al arte. Al igual que las personas estamos cada vez más en contacto con el resto del mundo, el arte, el turismo y las experiencias culturales viven esta misma experiencia. Los curadores son los verdaderos responsables de cautivar a los espectadores y de ayudarlos a comprender y cerrar brechas interculturales.
El Guggenheim, continuando con este mismo ejemplo, enfatiza la importancia de sus prácticas curatoriales y de una investigación exhaustiva que garantice que sus muestras brinden “perspectivas internacionales, globales y transnacionales”, tan fundamentales en esta era global.
Entonces, ¿cómo podemos apreciar realmente la curaduría de una exposición? Para empezar, hay que entender primero cuál es la especialidad a la que se dedica la institución que la organiza. La del Guggenheim, por ejemplo, es “el arte abstracto y su legado, el arte del presente y perspectivas internacionales sobre el arte de vanguardia”. Es crucial comprender cómo desea el museo presentar sus exposiciones.
Comprender el alcance y el trasfondo de la exposición también ayudará a los visitantes. Por eso, los amantes, expertos o coleccionistas de arte suelen siempre leer una sinopsis de la muestra antes de llegar a verla y mientras la recorren.
Actualmente, el Guggenheim exhibe una muestra de Alberto Giacometti, el artista suizo moderno que dejó una profunda huella en el movimiento cubista del siglo XX. Leer su sinopsis ayuda a entender que la exposición propone una comprensión más profunda de la obra del artista, explorando las interpretaciones de Giacometti sobre la condición humana. Con estos objetivos clave en mente, los visitantes pueden captar mejor lo que los curadores están tratando de mostrar. No se trata de las obras solas, sino del relato completo que en conjunto dicen sobre el artista y su visión de la condición humana.
Recorrer un museo, observando el espacio y tomando nota de cómo se muestran las obras, puede dar al espectador una experiencia más significativa. El espacio y la forma en que cada pieza se ubica en él hablan sobre cómo el curador quiere que se vean las obras y cómo estas se vinculan al tema de la muestra expuesto en la sinopsis.
Finalmente, con toda esa información en mente, observa las obras para lograr una mejor experiencia visual. ¡No creerás lo que podrás descubrir en tu próxima visita a una galería! ■