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Aunque Berlín ha quedado tal vez marcada por las divisiones y la devastación de su historia reciente, es sin embargo una ciudad resiliente que ha sabido reconstruirse y que se encuentra en la actualidad en un momento maravilloso. La capital alemana ha superado sus días más oscuros y se ha convertido tanto en el refugio favorito de artistas inmigrantes como de nuevos emprendimientos. A continuación te hacemos unas sugerencias para explorar y sacarle el mayor partido a esta ciudad, que se ha convertido en el epicentro cultural de Europa. No te pierdas nuestra breve guía de qué hacer en Berlín en tan sólo 48 horas. ¿Nos acompañas?
Para empezar, si deseas evitar los típicos problemas o inconvenientes que suceden tan a menudo cuando llegas a un lugar que no conoces, lo mejor es que te hospedes en alguna de las mejores zonas en Berlín, que, en mi opinión personal, son tres: Kreuzberg, Prenzlauer Berg y Charlottenburg.
Kreuzberg es el auténtico distrito punk y artístico que permite descubrir la ciudad a fondo. ¡Si no te molestan los graffittis, la suciedad ni el olor a kebabs que desprenden los numerosos locales ubicados en los austeros edificios estilo Altbau, claro!. Si le apuntas a este barrio, mi voto va por el Hotel Boutique Orania, recientemente inaugurado en la calle Oranienplatz. Este lujoso pero acogedor lugar cuenta con un maravilloso bar de cocteles y un restaurante alemán de comida fusión y música de piano Steinway en vivo durante toda la noche. También tiene un pequeño teatro y un salón de tertulias en el segundo piso, donde se organizan también eventos especiales. El bar ORA queda muy cerca de este hotel y es perfecto para tomarse una copa o para ir a cenar a la luz de las velas. En este barrio puedes caminar hasta Weserstraße, en Neukolln, y visitar librerías, cafés o alguno de sus múltiples bares y bodegas de vino.
Por su parte, Prenzlauer Berg fue el barrio bohemio donde originalmente se instalaron los artistas después de la caída del muro, y todavía cuenta con unos hermosos edificios de apartamentos del siglo XIX. Ahora es conocido como el «distrito de las delicias» por sus elegantes restaurantes, sus cafés de moda, sus boutiques y su cercanía al centro de la ciudad.
A pesar del ambiente cool y vibrante de Kreuzberg, personalmente recomiendo quedarse en Prenzlauer Berg si la visita va a ser de sólo 48 horas, y más precisamente en el Hotel Oderberger. ¡Tiene unos alucinantes muros del siglo XIX , además de una piscina y un spa recién renovados que son maravillosos! Está a un paso de los mejores restaurantes de la ciudad y en el vecindario de las más espectaculares galerías y museos del Mitte Central, el centro histórico de la ciudad.
Desde ahí, puedes visitar el Museum Island y maravillarte con las colecciones de los museos Atles y Neues. Puedes conocer, además, la Nationalgalerie y el Museo Pergamon on the Spree. También hay varias galerías cerca en Auguststrasse, donde es ideal tomar una copa de vino acompañada de queso en algún mozzarella bar.
Para cenar, no dudes en hacer reservaciones en el excepcional Al Contadino Sotto Le Stelle Ristorante, el favorito de Angelina Jolie. Sin embargo, si lo que deseas es deleitarte con la cocina alemana, entonces el restaurante del Hotel Oderberger, The School, ofrece un schnitzel fantástico y una estupenda carta de Rieslings y vinos rojos del valle del Rin. La calle adoquinada Kastanienallee también es una opción genial, pues está llena de tiendas y restaurantes muy variados, donde sobresale el restaurante vegano vietnamita Cat Tuong.
Para una estadía al viejo estilo berlinés, puedes optar por el Hotel Zoo en Charlottenburg. Allí estarías en pleno Berlín occidental, cerca del Tiergarten y rodeada o rodeado de los principales edificios de la preguerra. Además, quedarías a pocas cuadras de excelentes opciones de compras así como del Palacio y la Ópera.
En este barrio puedes dedicarte a visitar museos y tiendas exclusivas. Empieza, por ejemplo, visitando el Bauhaus Museum y la histórica plaza Savignyplatz antes de zambullirte en el KaDeWe de Wittenbergplatz y sus increíbles tiendas por departamento, donde vivirás una de las experiencias de shopping mejores de tu vida. Según dicen, el hall de comidas del último piso es incluso superior al de Harrods y Selfridges en Londres.
A pocos minutos de allí están la iglesia Kaiser Wilhelm Memorial y los mejores cines de la ciudad, Zoo Palast, donde se hacen los eventos de alfombra roja durante el famoso Festival de Cine de Berlín en febrero.
Si la elegante decadencia de Grace, la brasserie del Hotel Zoo, no te llama mucho la atención (aunque seguro sus desayunos te deslumbrarán por su variedad) puedes ir a comerte un schnitzel a Schoneberg at Sissi y tomar cocteles en Green Door, muy al estilo cabaret.
Si todavía te queda tiempo, y especialmente si vas durante el verano, no dudes en escaparte a uno de los cientos de lagos alrededor de la ciudad ya que, además de su vibrante cultura y su explosiva y deliciosa vida citadina. la capital alemana también tiene una belleza natural extraordinaria.■
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