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Hace poco visité The Abaco Club en Winding Bay, en la isla Gran Bahama y la experiencia fue un auténtico deleite. Tomé un vuelo del aeropuerto de Miami a Marsh Harbour y tan sólo 20 minutos después de haber aterrizado, ya estábamos en el complejo. La primera impresión que tuve al llegar a este resort es que cumple al pie de la letra su lema, “barefoot luxury in The Bahamas” algo así como “lujo de pies descalzos en las Bahamas”. The Abaco es, en definitiva, un destino muy lujoso pero con una vibra relajada y caribeña también.
De inmediato, me registré en el centro de bienvenida y me proporcionaron un carrito de golf para recorrer el resort a mi ritmo. Sin embargo, durante la mayor parte de mi estadía preferí caminar o pedirle aventón a alguien más, ya que el carrito tenía el asiento del conductor de lado izquierdo y eso me intimidaba un poco. Aún así, logré llegar a mi cabaña sana y salva.
La estancia de cuatro noches fue muy memorable, con servicio amable y muy atento a mis necesidades en todo momento. Elegí una cabaña privada de una sola habitación, muy espaciosa, de techos altos y decoración preciosa. Las atenciones eran espléndidas, desde cremas y artículos de aseo de L’Occitane, servicio de limpieza diario, electrodomésticos, WiFi y también un televisor de pantalla plana. Durante mi estadía, el canto agradable de los famosos loros de la isla musicalizaba algunas de las puestas de sol más hermosas que he visto.
Cenamos varias veces en el restaurante The Cliff House, ubicado en la casa club del complejo, donde un equipo culinario de clase mundial prepara toda suerte de delicias. La extraordinaria cola de langosta de las Bahamas y el delicioso ojo de bife estilo Delmonico estuvieron entre mis platillos favoritos. En las mañanas, el Flippers Beach Bar también nos deleitó con desayunos maravillosos, como huevos florentinos y un pan francés de coco delicioso, acompañados por un latte cremoso y un smoothie de piña con mango. Tampoco te puedes perder las croquetas fritas de molusco, un platillo tradicional de la isla.
Sin duda, durante tu estadía en The Abaco Club tienes que visitar el spa estilo europeo donde un equipo de talentosos profesionales ofrece una variedad de extraordinarios masajes, tratamientos corporales y para el cuidado de la piel. El complejo cuenta con un gimnasio completamente equipado, canchas de tenis, una magnífica piscina panorámica y jacuzzi con vista al mar.
Debo admitir que no soy muy aficionada al golf, pero algunos de mis colegas escritores de viajes que me acompañaron a The Abaco, sí que lo son y para su agrado, la atracción principal del complejo es el campo de golf de 18 hoyos diseñado por Donald Steel y Tom Mackenzie, que es el único campo estilo links en todo el caribe. Sin embargo, para disfrutar de The Abaco uno no necesita jugar golf en el campo de clase mundial ya que dentro de sus 453 acres, este resort y comunidad residencial ofrece un sinfín de actividades adicionales.
El tramo de playa de dos millas de arena blanca y aguas turquesas prístinas proporciona el escenario perfecto para relajarse, nadar, hacer snorkeling así como muchas otras actividades acuáticas y deportivas. Durante mi viaje, también agendé lecciones de golf y pesca con mosca con instructores de primer orden, al igual que un paseo en barco que incluye la posibilidad de bucear en los famosos arrecifes de coral cercanos a la isla. También presenciamos el Junkanoo, un desfile muy memorable que celebra la cultura bahameña y que se lleva a cabo durante noches temáticas especiales dentro del resort.
Pero la mejor noticia es que visitar The Abaco no tiene por qué ser un asunto temporal. Puedes comprar una casa en este increíble paraíso ya que, por el momento, hay fincas a la venta de una, dos y hasta cuatro habitaciones, así como lotes para construir propiedades diseñadas a tu medida. Entre las opciones de compra están los lotes para residencia ubicados al este y oeste del campo de golf, con espectaculares vistas al mar y casas unifamiliares sobre terrenos de una o dos acres; fincas unifamiliares de dos a cuatro habitaciones, también con vista al campo de golf o al mar; o pequeñas cabañas independientes de un dormitorio con vista a los links.
El complejo fue adquirido en diciembre de 2014 por Southworth Development en una acción conjunta con un consorcio de socios y propietarios de viviendas en la isla. Desde esta adquisición, se han realizado mejoras adicionales al resort que incluyen la construcción de instalaciones de práctica de golf de la más alta calidad y un embarcadero.
The Abaco además ofrece una variedad de opciones de membresía para residentes, no residentes e invitados internacionales. Un enorme beneficio de estas membresías es que los miembros pueden disfrutar de privilegios recíprocos en otras propiedades de Southworth ubicadas en Massachusetts, New Hampshire, Virginia y en Escocia.
Si The Abaco Club en Winding Bay es indicativo del extraordinario nivel de hospitalidad y calidad que ofrece Southworth, no puedo esperar visitar algunos de los otros complejos que administran. ■
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