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Una antigua leyenda andina cuenta que un grupo de monjes tibetanos habría construido un monasterio resguardado por una fuerza invisible en algún valle entre las serranías costeras y las altas cumbres de los Andes. Más allá de la leyenda, hay un hecho real que coincide con esa historia: uno de los centros electromagnéticos más importantes del planeta está situado en la zona del río Cochiguaz, en el Valle del Elqui, en Chile. La presencia de intensas vibraciones magnéticas positivas ha transformado la región en un lugar casi mágico de descanso, introspección y observación.
Según recientes estudios, el Valle del Elqui estaría situado exactamente en el polo opuesto de Lhasa, en el Tíbet, estableciéndose un eje energético desde cuyos polos se irradiaría energía reparadora y beneficiosa para el desarrollo espiritual y psicofísico de las personas. Esas características únicas y distintivas de la región han sido un imán para centros de yoga, meditación y reiki, ya que logran desarrollar y potenciar en estos parajes sus artes y conocimientos para beneficio de los visitantes.Quienes han vivido la experiencia de una temporada en el Valle del Elqui aseguran haber disfrutado de un mejor estado de ánimo y una sensación de alivio o descanso. Y es que contemplar el cielo nocturno iluminado por millones de estrellas resulta, sin duda, uno de los espectáculos más impactantes y conmovedores que nos brinda la naturaleza. Se afirma que la contemplación de un cielo límpido y estrellado contribuye a disminuir los niveles de ansiedad y estrés. Asimismo, la región del Valle del Elqui también es considerada en medios científicos como poseedora de uno de los cielos más diáfanos e inmaculados del hemisferio sur. Lo confirman los observatorios astronómicos destacados en las cumbres de los cerros Pachón y Tololo. Incluso, The New York Times calificó este valle como “el corazón del boom del astroturismo”, debido a la presencia de varios observatorios del cosmos destinados al turismo, como los de Mamalluca, Collowara, Cruz del Sur y Cerro Cancana.Las aguas del río Elqui, provenientes de las altas montañas, así como la magnífica insolación de la región, hacen que el valle sea propicio para la producción de vegetales y frutas, en especial la uva moscatel, de la que se obtiene el famoso pisco chileno, un exquisito aguardiente de uva. El Valle del Elqui, además, es considerado un polo energético que aporta vibraciones magnéticas beneficiosas para el cuerpo y el espíritu, constituyéndose en un atractivo sitio para el desarrollo espiritual. En ese lugar, casi mágico, nació la poetisa chilena Gabriela Mistral, merecedora del Premio Nobel de Literatura en el año 1945. Uno de los siete hoteles astronómicos en el mundo y el único en el hemisferio sur es el Elqui Domos. Inaugurado en el 2005, este hotel permite vivir la experiencia de ser acunado por las estrellas en originales construcciones geodésicas, donde la cama está situada en lo más alto de la edificación, bajo un techo vidriado y corredizo para permitir la observación del cielo en calma y plenitud. Los huéspedes pueden optar por cabañas de tres plantas, con un gran ventanal orientado al cielo. Las propuestas incorporan exquisitos detalles de confort y mesurada elegancia. Disponible para los más avezados observadores de los cielos, el Elqui Domos incorpora un observatorio propio, con dos telescopios electrónicos de última generación. Sin ser un hotel de cinco estrellas, este es el alojamiento perfecto para aquellos viajeros que buscan el lujo de sumergirse en la naturaleza y vivir una experiencia mágica, una energía que no se respira en ninguna otra parte del planeta. El Valle del Elqui se encuentra a casi 600 kilómetros al norte de Santiago de Chile y a unos 110 kilómetros de la ciudad costera de La Serena. Se puede llegar a través de un vuelo regular Santiago-La Serena y luego sólo resta un encantador viaje de hora y media por tierra. ■ Artículos relacionados 7 experiencias de lujo en Japón que no te puedes perder Diez destinos increíbles para una escapada primaveral Los mejores spas para el invierno