La región de la Toscana, en el centro de Italia, evoca idílicas praderas verdes abundantes en viñedos y olivos, con sus zigzagueantes carreteras y sus magníficas villas y casonas medievales que impresionan por su antigüedad y estilo. Esta típica postal del corazón de Italia ha sido la inspiración de poetas, músicos y pintores por su exuberante belleza y la eterna tranquilidad de sus valles y colinas.
Un lugar tan especial como la Toscana es donde mucha gente ansía pasar sus vacaciones, y ahora resulta más fácil conseguirlo. Contar con una propiedad de veraneo en esos parajes de ensueño es posible gracias a Castello di Casole, una iniciativa hotelera y de bienes raíces desarrollada por Timbers Resorts, una empresa especializada en ofrecer encantadoras propiedades residenciales de lujo para la venta o alquiler.
El complejo, que cuenta con 1.700 hectáreas de extensión, es uno de los campos privados más grandes de Italia y tiene la particularidad de haberse mantenido virgen e impoluto, ajeno a la modernidad, por cientos de años. Situado a unos 40 kilómetros (24 millas) de la costa mediterránea (secretos del mar de la Toscana) y a unos 45 minutos al sur de Florencia, Castello di Casole también se encuentra a 20 minutos de la preciosa ciudad amurallada de Siena, a dos horas y media de Roma y muy cerca de la Umbría, de la región vinícola de Chianti y de la cordillera de los Apeninos.
Este proyecto inmobiliario de lujo está compuesto de casonas rurales completamente renovadas en las que se ha logrado el equilibrio perfecto entre su estética medieval original y las comodidades de la era moderna. Pero la joya de la corona de Castello di Casole es su milenario castillo —transformado hoy en un exclusivo hotel boutique— que fue construido como una edificación defensiva en el siglo X. Aunque la antigua fortaleza cayó en desuso en el siglo XV, posteriormente fue restaurada a su antiguo esplendor y, a mediados del siglo XX, pasó a manos del célebre director de cine Luchino Visconti, quien recibía en el castillo a las más rutilantes estrellas de Hollywood y del cine italiano de la época.
Con el espíritu selecto y exclusivo de un hotel boutique y la tranquilidad y el sosiego de un refugio de lujo en el campo, Castello di Casole cuenta con 41 suites independientes, decoradas al más puro estilo toscano. Su piscina infinita, cuyo límite parece perderse en la campiña, es una de las más atractivas de toda Italia. Y sus pintorescos restaurantes y bares, que respetan la rica herencia de la cocina toscana con su inmensa variedad de vinos de producción local, se han ganado una merecida fama.
Además, la antigua bodega con techo de piedra abovedado, milenaria como el castillo original, ha sido transformada en un spa de lujo con siete salones para tratamientos exclusivos en los que se usan, básicamente, ingredientes locales como el romero, la uva y el aceite de oliva. Piscinas, baños de vapor y amplios espacios garantizan una verdadera relajación, mientras que el entorno sereno del lugar transporta al visitante a una época más simple y apacible.
Por su parte, las propiedades de los alrededores —las villas y casonas de piedra que están a la venta— han sido renovadas y decoradas con delicadeza cuidando el más mínimo detalle de la antigua estructura, pero se les ha incorporado la funcionalidad y el comodidad de la era moderna. Disponen en su mayoría de cuatro dormitorios —algunos tipo suite—, espaciosas zonas de estar, cocina y baños de diseño vanguardista con mármoles y exquisitos azulejos, terrazas y grandes jardines privados. Todas son casas de campo restauradas individualmente, que combinan el encanto rústico original con un alto nivel de diseño y confort. Sus piscinas privadas, diseñadas con azulejos de vidrio, están estratégicamente ubicadas para posibilitar la mejor vista posible hacia las colinas que las rodean.
Castello di Casole permite hacer realidad el sueño de una casa de veraneo en la zona más romántica de Italia, sin preocupaciones por el cuidado y la seguridad del lugar, pues el servicio de limpieza, mayordomo, mantenimiento y vigilancia está garantizado a lo largo de todo el año. Todo queda resuelto, y la belleza del paisaje ya está asegurada desde el primer momento. Sin duda, una posibilidad única de volver a casa cada verano, bajo el sol de la Toscana.■