Las miles de personas que transitan la avenida West Broadway de Manhattan nunca adivinarían que en el número 382, tras una mínima placa negra con el nombre de “The Institute”, se encuentra uno de los spas más comentados de la Gran Manzana.
Con una escalera en espiral de cuero rojo y una inmensa lámpara de más de 20.000 cristales de Swarovski, el spa parece el escenario para una película de los años 50, en la que en pocos minutos Marilyn Monroe haría su gran entrada. Nada más lejos de la realidad, aunque sí hay una relació entre la rutilante estrella y el salon. El spa usa los productos del doctor Erno Laszlo, productos utilizados por la actriz, sobre todo la Phormula 3-9 creada por el dermatólogo húngaro para Monroe con el fin de disimular una cicatriz que la actriz tenía en su estómago y que combina el aceite de tamanu con extractos de colágeno marino.
Considerado en su momento el dermatólogo de las actrices y famosas, el Dr. Erno Laszlo (Hungría, 1897) creó hace más de 40 años la marca de cosméticos que lleva su nombre a solicitud de clientas como Greta Garbo, Grace Kelly, Ava Gardner y Jackie Kennedy.
Adquirida la legendaria marca en 2011 por Charles Denton, con la apertura de “The Institute” se traslada la ubicación original de la 677 de la Quinta Avenida (donde se encuentra ahora la casa Fendi) al 382 West Broadway. El spa original era conocido en su momento como “La casa del silencio” por su estricto código de confidencialidad. En la nueva casa del instituto en Broadway se ha conservado la decoración Art Deco adorada por el doctor de Transylvania y las tres plantas están distribuidas de tal manera que las clientas sienten estar en una casa privada más que en un spa. Se conserva el carácter exclusivo, y sólo reciben servicio si se es miembro. Los precios rondan los $3,000 anuales o $1,000 mensuales.
El spa cuenta con seis salas de tratamiento, espaciosas y tranquilas. repartidas en la planta baja octagonal. Todas ellas con el más moderno equipo que hace que la visita se convierta en un auténtico tratamiento.
A diferencia de otros faciales, en este spa no se compran los tratamientos, sino que se compra “el tiempo”. Se quiere ir con ello más allá del concepto de spa que se tiene en la actualidad y convertirlo en un lugar donde se atiende de manera personalizada las necesidades de la piel de cada clienta.
Por ello, el personal se encuentra bajo la supervisión del aclamado doctor de cirugía plástica Scott Wells, quien ha querido que se personalice cada servicio, desde los faciales, hechos con los famosos serums de Laszlo, hasta los tratamientos corporales y dermaplaning.
Mención especial reciben los productos cosméticos creados por Laszlo y que han sido mejorados en su composición, como su jabón Sea Mud, el serum Shake-It, la nueva formulación de la crema reparadora y regeneradora creada para Marilyn Monroe en los años 60 o la crema de noche Active Phelityl Cream de la que Monroe era una fan y cuyo frasco fue encontrado en su mesilla de noche el día de su muerte.
Con su inauguración, la marca comienza un nuevo rumbo de tratamientos estéticos. Precisamente el año que marca el cincuentenario de la muerte de Marilyn Monroe a la que la marca cosmética rinde homenaje con una exposición de sus objetos personales. Dentro de “The Institute” se exhiben elementos personales de la actriz americana, muchos de los cuales nunca han podido ser vistos en vivo, sólo en fotografías como las que el libro Marilyn de Gerry Badger (Magnum) muestra. ■