La primera generación del Rolls-Royce Wraith nació en el año 1938, y fue fabricada en la factoría que la marca tenía en Derby (zona centro del Reino Unido) hasta el año 1939. Montaba un motor de 4.257 cc y seis cilindros en línea con una trasmisión de cuatro marchas. Algunos automóviles que se construyeron sobre el chasis de este modelo llegaron a alcanzar velocidades de 137 km/h (85 m/ph), incluso uno de ellos registró una aceleración récord para la época: de 0 a 80 k/h (50 m/ph) en 16,4 segundos.

Las prestaciones del modelo antiguo y nuevo son incomparables. Sin embargo, ambos comparten un gusto exquisito por el lujo, el refinamiento y la calidad, “características que siguen siendo muy importantes tanto para los clientes de Rolls-Royce de hoy como para los del pasado”, tal y como recordó el CEO de la compañía, Torsten Müller-Ötvös, en la presentación del Wraith.

El suntuoso interior del automóvil dispone de cuatro asientos. Está forrado por pieles suaves de máxima calidad -a la altura de las que se utilizan en el Rolls-Royce Phantom- y por elegantes paneles de madera llamada Canadel Panelling, en honor de una famosa cala situada en el Sur de Francia, donde Sir Henry Royce (uno de los fundadores de la marca) pasaba los inviernos junto con su equipo de ingenieros y diseñadores. El habitáculo del vehículo toma el aspecto de una noche de verano gracias a las Starlight Headliner, un elemento decorativo formado por 1.340 lámparas de fibra óptica tejidas a mano en el forro del techo para dar la impresión de un cielo nocturno estrellado.

Rolls-Royce no ha dejado pasar ningún detalle en el Wraith y, por supuesto, tampoco en tecnología. Este modelo estrena el sistema Satellite Aided Transmission, que utiliza datos que recibe mediante GPS para anticipar el próximo movimiento del conductor, teniendo en cuenta su ubicación y el estilo de conducción. A continuación, selecciona la marcha más adecuada para la maniobra que se va a realizar, bien sea girar en una equina, incorporarse a una autopista o entrar en una rotonda. De esta manera, el motor siempre está completamente preparado para ofrecer el mejor rendimiento. ■